Esta pregunta tiene varias posibles respuestas en función a las condiciones tomadas en cuenta. Hablemos del clima por ejemplo. Nuestro cuerpo gasta un porcentaje enorme de la energía que produce en mantener nuestra temperatura corporal en los niveles adecuados. Si nos teletransportasen completamente desnudos a cualquier lugar del planeta en el que la temperatura fuese de 0ºC, tardaríamos apenas 20 minutos en morir de hipotermia.
Si además combinamos el frío del lugar al que nos teletransportásemos con la altitud, el resultado sería más fulminante aún. En la cima del Everest por ejemplo, el nivel del oxígeno respirable en el aire es solo un tercio del existente a nivel del mar. Los montañeros pueden resistir unas pocas horas en aquel lugar extremo después de meses de aclimatación en campamentos a gran altura. Pero si a ti o a mí nos sueltan de pronto en la cima de esa mítica montaña, la ausencia de oxígeno nos mataría en 2 o 3 minutos.
Si por el contrario esa “máquina” imposible de teletransporte nos liberase en el fondo de la Fosa de las Marianas, soportando sobre nosotros la presión de una columna de agua de 11 kilómetros de longitud (que en números viene a ser de 1.054 kilos por centímetro cuadrado) nuestros pulmones se colapsarían bajo el enorme peso de forma inmediata. En 15 segundos estaríamos inconscientes y poco después, en apenas minuto y medio, estaríamos muertos. Prácticamente los mismos plazos con los que pereceríamos si nos echasen de la ISS de una patada sin la protección del traje de astronauta.
Obviamente, la muerte más inmediata tendría lugar si la hipotética nave de teletransporte nos dejase caer sobre una caldera de lava. Sin embargo, a pesar de lo visto en las películas, no arderíamos mientras nos hundimos lentamente en la lava.
Teniendo en cuenta que nuestro organismo se compone de agua en un 90%, y que la lava alcanza una temperatura cuatro veces superior a la máxima que soporta tu horno de cocina, si tienes la desgracia de caer sobre un río de roca fundida o en la caldera de un volcán en erupción, tu cuerpo se convertirá en vapor de agua de forma explosiva de inmediato. No habría tiempo de decir “Sayonara Baby”, solo fuegos artificiales en los que nosotros seríamos la pólvora.
Si nuestra máquina de viaje instantáneo fuese además capaz de viajar en el tiempo, el lugar más peligroso del mundo podría ser cualquier punto planetario a comienzos del siglo XX en plena pandemia de la mal llamada “gripe española”. Durante aquellos tiempos murió el 3% de la población mundial a causa de la mortífera influenza. Eso sí, viajando más al pasado, podríamos dejarnos caer por Europa entre los años 1347 y 1353. Durante ese mortífero sexenio una tercera parte de los europeos se extinguieron arrasados por peste bubónica.
Y aunque pueda parecer insuperable, existe una enfermedad mucho más terrible, la malaria. Las estimaciones genéticas indican que la mitad de las personas que jamás han vivido sobre la Tierra han muerto a causa de este mal, transmitido como sabéis por los mosquitos. De hecho, estudios genómicos muestran que una de cada 14 personas vivas presenta genes que evolucionaron para protegernos de esta enfermedad. Sin duda alguna, con estos datos en mente, el lugar más peligroso de la Tierra es cualquiera situado entre los trópicos donde existan poblaciones de mosquitos Anopheles transmisores de la malaria.
Claro que tampoco sería muy agradable teletransportarse a lugares de la Tierra donde la contaminación es estratosférica. Pensad por ejemplo en La Oroya (Perú), donde la actividad minera hace que los niveles de arsénico en aire estén 85 veces por encima de lo saludable.
O pensad así mismo en el Lago Karachay en Rusia, donde se vierten residuos de las explotaciones mineras de uranio. Basta con permanecer una hora a la orilla de este lago para recibir una dosis letal de radiación. De hecho es preferible viajar por la zona de exclusión de la accidentada planta de Chernobyl. Allí al menos hay un peligro que ha desaparecido: nosotros. Eso explica que la fauna salvaje haya regresado a colonizar la zona.
En realidad, nosotros también podemos ser considerados una plaga ¿verdad? Los datos indican que el lugar más seguro del mundo (tomando en cuenta datos como el nivel educativo, baja corrupción, menor índice de homicidios, esperanza de vida, etc.) es Islandia, y eso que el índice no tomaba en cuenta que han sido los únicos capaces de encarcelar a sus políticos y banqueros por su papel en la actual crisis. ¡Bravo por ellos! En el lado opuesto de ese ranking se encuentra Somalia, donde lamentablemente la vida apenas vale nada.
Pero hablando de lugares donde la vida es realmente peligrosa por culpa de esa peste llamada violencia humana, el dudoso honor no recae en Ciudad Juarez (México), donde en 2009 la tasa de crímenes fue de ciento treinta asesinatos por cada cien mil habitantes, sino a San Pedro Sula (Honduras), donde en 2011 la tasa alcanzó unos fatídicos 159 homicidios por cada 100.000 habitantes.
Lo dicho, este mundo puede ser un sitio maravilloso en el que vivir, siempre que la muerte no se nos cruce antes de tiempo.
Fuente: Yahoo! España