“Titico, era un buen muchacho, amable, juicioso y trabajador. Con él se me llevaron la vida”. Esto fue lo que dijo visiblemente afectado Jorge Baquero, padre de Omar, un joven de 14 años que fue asesinado el pasado 25 de octubre en el barrio La Candelaria en la localidad de Ciudad Bolívar, en el sur de Bogotá.
Ese día Omar pidió a su padre permiso para quedarse en la casa de Fabián Castañeda, su amigo desde hacia varios años. El plan era sencillo, jugar un partido de banquitas y ver quizás una película, hasta altas horas de la noche.
Sin embargo, los planes para este par de amigos cambiarían radicalmente. Cerca de las diez de la noche y cuando los dos jóvenes se disponían a descansar, varios hombres armados ingresaron a la vivienda disparándoles indiscriminadamente.
En el hecho resultaron heridos la mamá de Fabián y su hermano de seis años, quienes fueron remitidos a un Hospital del sector, pero Omar y su amigo no contaron con la misma suerte, cada uno recibió tres impactos de bala que les ocasionaron la muerte instantánea.
“Yo me vine a enterar cuando otro de mis hijos me llamo el domingo a decirme que me necesitaba urgente; cuando me contó sentí que se me desgarraba algo por dentro, no podía creer que Tito estuviera muerto, él no le hacia nada malo a nadie, él siempre fue un buen muchacho”, agregó su padre.
Por otra parte, las investigaciones aún no han arrojado ningún resultado. En un principio se pensó que se trataba de un robo. Sin embargo, ahora toma fuerza la posibilidad de que se trate de una venganza.
Finalmente y mientras que las autoridades resuelven este caso, la familia de Omar pide justicia, que esta muerte no quede impune y que pronto sean detenidos los responsables, “Pedir que me devuelvan a mi hijo es inútil, pedir que este dolor por su muerte se vaya de hoy a mañana también lo es, yo sólo quiero saber quién y por qué lo hizo y que ojalá pague muy pronto”.
Por: Alejandra Mejía
Redactora Judicial
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