–En el marco de la instalación de la cumbre de la CELAC, en La Habana, el presidente de Cuba, Raúl Castro propuso proclamar a la región “como una Zona de Paz que destierre para siempre la guerra, la amenaza y el uso de la fuerza, en la que los diferendos entre nuestros países se resuelvan por nosotros mismos, por vías pacíficas y de negociación, conforme a los principios del Derecho Internacional”.
Castro dijo que “debe ser prioridad la creación de un espacio político común en el que avancemos hacia el logro de la paz y el respeto entre nuestras naciones, en el que seamos capaces de superar los obstáculos objetivos y aquellos que intencionadamente se nos impongan, en el que podamos utilizar los recursos de manera soberana y para el bienestar común y poner las capacidades científicas y técnicas en función del progreso de nuestros pueblos, en el que hagamos valer principios irrenunciables como la autodeterminación, la soberanía y la igualdad soberana de los Estados”.
El mandatario cubano dijo que solo así “lograremos que deje de ser realidad el aserto de que la América Latina y el Caribe es la región más desigual del planeta”.
Castro subrayó que ciertamente durante los últimos años se han producido avances, pero han sido lentos, fragmentados e inestables y destacó cifras de a CEPAL, segun las cuales en la América Latina y el Caribe la tasa de pobreza alcanzó en 2012, como mínimo, un 28,2% de la población, o sea, 164 millones de personas, y la de indigencia o pobreza extrema, el 11,3%, lo que equivale a 66 millones de habitantes de la región.
Sin embargo, dijo que lo más preocupante es la pobreza infantil, que afecta a 70,5 millones de niños, niñas y adolescentes, de ellos 23,3 millones en pobreza extrema.
El 10% más rico de la población latinoamericana recibe el 32% de los ingresos totales, mientras que el 40% más pobre recibe solo el 15%, complementó.
El presidente cubano advirtió que “los pueblos de América Latina y el Caribe demandan y requieren una mejor distribución de las riquezas y los ingresos, el acceso universal y gratuito a una educación de calidad, el pleno empleo, mejores salarios, la erradicación del analfabetismo, el establecimiento de una verdadera seguridad alimentaria, sistemas de salud para la totalidad de la población, derecho a una vivienda digna, al agua potable y al saneamiento”.
Todos son objetivos alcanzables cuya consecución medirá el progreso de nuestra región, puntualizó.
Raúl Castro también se refirió al escándalo del espionaje realizado por Estados Unidos “del que fueron blanco indiscriminado Jefas y Jefes de Estado y Gobierno, organismos internacionales, partidos políticos, empresas y ciudadanos de la región, en flagrante violación del Derecho Internacional y la soberanía de los Estados.
Y añadió que ahora, otro asunto que genera gran preocupación por sus potencialidades para provocar conflictos internacionales, es el empleo encubierto e ilegal, por individuos, organizaciones y Estados, de los sistemas informáticos de otras naciones para agredir a terceros países.
Añadió que “algunos gobiernos han expresado, incluso, la posibilidad de responder a esos ataques con armas convencionales”.
Según Castro, el único camino para prevenir y enfrentar estas novedosas amenazas es la cooperación mancomunada entre todos los Estados, al igual que para evitar que el ciberespacio se convierta en un teatro de operaciones militares.
Por ello saludo la iniciativa del gobierno de Brasil de efectuar en Sao Paulo, en abril de 2014, la Reunión Multisectorial Global sobre Gobernanza de Internet.
Además señaló: “Como muestra de su firme compromiso con el desarme nuclear y la paz, América Latina fue la primera en el mundo en establecer, mediante el Tratado de Tlatelolco, una Zona Libre de Armas Nucleares. Pero debemos llegar más lejos. La paz y el desarrollo son interdependientes e indisolubles. No puede haber paz sin desarrollo, ni desarrollo sin paz. Por eso nos hemos propuesto proclamar a nuestra región como una Zona de Paz que destierre para siempre la guerra, la amenaza y el uso de la fuerza, en la que los diferendos entre nuestros países se resuelvan por nosotros mismos, por vías pacíficas y de negociación, conforme a los principios del Derecho Internacional.
La cumbre de la CELAC concluye hoy con la expedición de “la Declaración de La Habana y el Plan de Acción de 2014”.
Según el gobierno cubano, los altos representantes de América Latina y el Caribe deberán refrendar la Declaración de La Habana, un documento político de más de 80 párrafos que recoge temas como la lucha contra la pobreza, la solución de los diferendos por vías pacíficas, el apoyo al reclamo de Argentina sobre la soberanía de las Islas Malvinas, Georgia del Sur y Sandwich del Sur, usurpadas por el Reino Unido, la condena al bloqueo económico, comercial y financiero que le impone Estados Unidos a Cuba, y el rechazo a la inclusión de la nación caribeña en la lista de países terroristas que cada año elabora el Departamento de Estado de la potencia norteamericana, entre otros asuntos.