En pocos meses el presidente venezolano, Nicolás Maduro, registró una caída de 15 puntos en su popularidad, que actualmente se ubica en un magro 35 por ciento, según una encuesta de Datanálisis.
A fin de año, cuando tomó medidas drásticas para obligar las rebajas de precios en electrodomésticos, su aprobación había escalado al 50%, lo que favoreció los resultados del oficialismo en las elecciones municipales. De acuerdo con Datálisis, además, el 80% de la población considera que la situación del país es negativa.
“Hay una correlación directa entre la percepción de crisis económica y la caída en la popularidad de Maduro, no sólo por lo que ha hecho, sino por lo que no ha hecho: resolver la escasez y la inflación. Y también por lo que ha dicho que va a hacer y no hace. La percepción de la gente es que el Gobierno está perdido”, explicó a Luis Vicente León, presidente de la consultora, a la agencia de noticias AFP.
La crisis es tangible en la vida diaria de los venezolanos. La inflación se supera mes a mes, hay una preocupante escasez de productos básicos que obliga a recorrer decenas de supermercados y hacer largas colas, a la vez que pueden pasar días hasta conseguir café, azúcar o papel higiénico.
En el último índice divulgado en mayo por el Gobierno, la inflación anualizada rozó el 61%, la mayor del continente americano, mientras que en marzo el Banco Central registraba 19 rubros de consumo básico con “serios problemas de abastecimiento”. La patronal Fedecámaras estima que “probablemente el año terminará con una caída del 4% al 5%” del PIB.
El colapso del sistema hospitalario, el aislamiento aéreo debido a una millonaria deuda con las compañías internacionales y la corrupción incrementada por el estricto sistema de control de cambio y asignación de petrodólares son otros motivos de críticas al gobierno de Maduro.
Un “sacudón” al Gobierno
Maduro anunció ayer una serie de reformas dentro de su gabinete -que calificó como un “sacudón”- para facilitar a concreción de las “cinco revoluciones” que impulsará. Estas son en materia económica, del conocimiento, en las misiones sociales, en la política del Estado y la del “socialismo en lo territorial”.
El primero en salir de su cargo fue Rafael Ramírez, que fue removido de la Vicepresidencia para el Área Económica y, tras más de una década, del Ministerio de Petróleo y Minería y de la Presidencia de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) para pasar a la Cancillería.
El hasta ahora canciller Elías Jaua pasó al frente de la Vicepresidencia de Desarrollo del Socialismo Territorial y será nuevo ministro de Comunas y Movimientos Sociales. El ministro de Economía y Finanzas, Marcos Torres, fue ratificado en su cargo y también se encargará de esa Vicepresidencia que antes era ejercida por Ramírez.
Asdrúbal Chávez, primo del fallecido presidente Hugo Chávez, asumirá el Ministerio de Petróleo y Minería. El nuevo presidente de PDVSA será Eulogio del Pino, que se desempeñaba como vicepresidente de Exploración y Producción de la estatal petrolera. También cambios en los ministerios de Comercio, Transporte, Agricultura, Salud y Cultura.
Para la oposición, los anuncios de Maduro fueron más de lo mismo. “¿Sacudón? Activar la producción nacional, acabar con la corrupción, dejar de importar todo, crear empleos. Ese es el verdadero cambio”, escribió el dirigente Henrique Capriles en su cuenta de Twitter.
“Lo de ayer fue hablar mucho y no decir nada, creo que el país sigue a la deriva más allá de unos cambios en el ‘line-up'”, consideró, por su parte, el presidente del partido democristiano de Venezuela (Copei), Roberto Enríquez.