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Ser Niña en Colombia, un tarea difícil

niñaEntre el 8 y el 11 de octubre, por tercer año consecutivo, el mundo entero celebrará el Día Internacional de la Niña, aprobado en 2011 por la Asamblea General de Naciones Unidas, en el cual, la Fundación Plan, visibiliza el por qué SER NIÑA en Colombia es tan difícil y hace un llamado porque se respeten los derechos de las niñas y se aproveche todo su potencial.

Según estudios del movimiento mundial Girl Effect, dado el impacto que tienen las acciones sobre las niñas como ejes transformadores de la sociedad, una de las formas de reducir la pobreza global, es asegurar que las niñas tengan, desde la primera infancia, acceso a todas las oportunidades.

Apoyar sus aspiraciones, las de las comunidades en las que viven, fortalecer su autonomía y liderazgo, y darles acceso a información y a redes sociales y comunitarias, son variables estratégicas para minimizar el impacto de la pobreza y falta de oportunidades.

Más aún, las niñas son víctimas de condiciones que vulneran sus derechos afectando el desarrollo de sus capacidades y limitando sus oportunidades,esto hace que SER NIÑA en nuestro país, sea un reto.

Más niñas son receptoras de la violencia, comparadas con los niños (3.149 niñas (58.9%) y 2.217 niños (54.7%)).

Las niñas suelen ser más objeto de burla y robo de sus pertenencias en la escuela. En el caso de los niños, el tipo de acoso más reconocido tiene que ver con la fuerza física y las amenazas. Y es que, quizás, cimentados en los roles machistas que la sociedad le adjudica a los niños, éstos se reconocen más con agentes activos de violencia.

Las niñas, en todas las edades, son más vulnerables a las agresiones de sus compañeros. Se percibe que las niñas menores de 10 años son las más afectadas (64% frente al 50% de las mayores de 14 años) y a su vez son las que menos reaccionan frente a las violencias de todos los rangos de edades comparados. (10% frente a 18.2% de las niñas entre 11 y 13 años y 31.1% de las de más de catorce años).

La vulnerabilidad de las niñas menores de 10 años ante la violencia de los mayores no puede pasar desapercibida, pues este arquetipo de la niña pequeña simboliza una gran fragilidad que si se rompe, es difícil de reconstruir sin dejar secuelas sobre la subjetividad asociada a lo femenino.

A medida que se crece, tanto niños como niñas desarrollan un accionar más violento hacia sus compañeros, dejando paulatinamente de sentirse sólo víctimas. Es decir: pueden volverse también agresores: Mientras que en las niñas menores de 10 años, sólo el 10,8% se visualizan como actor de acoso, en el grupo de mayores de 13 años, esta tendencia es identificada por el 31% de las niñas, duplicándose la tendencia inicial. Lo cual ratifica el hecho de que los niños y niñas aprenden a comportarse de manera violenta, inicialmente para defenderse y posteriormente para manifestar su poder, contra los más pequeños.

Llama la atención que miembros de la Fuerza Pública tengan el registro más alto por violencia sexual en el contexto del conflicto armado, y que la mayoría de las víctimas de este tipo de violencia se encuentren entre los 0 y 17 años de edad, tal y como puede observarse en el informe del INML y CF de 2011, según el cual el 85% de los exámenes sexológicos realizados al sexo femenino pertenecen a niñas y adolescentes entre los 5 y 17 años, constituyéndose el rango más representativo de edad entre los 10 y los 14 años (Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, “Forensis 2011”, Colombia, 2011, p. 213-214).

El abuso sexual sucede en edades en las que ellas son más vulnerables, del total de casos el 84,44% fueron mujeres y el 15, 56% hombres; las tasas más altas se concentraron en el rango de edad de 0 a 17 años en donde, en el caso de los hombres dicha tasa se presentó de los 5 a 9 años y en las mujeres de los 10 a 14 años respectivamente (Forensis 2013).

El delito sexual es cometido en la mayoría contra niñas y adolescentes (84%) cada dos horas niñas son abusadas sexualmente y 20 niñas son víctimas de violencia, esto deje huella en sus vidas que repercute negativamente en su desarrollo social, afectivo, educativo y en salud. (Encuesta Nacional de Demografía y Salud 2010).

La Organización Nacional Indígena de Colombia -ONIC- reporta el alto impacto del conflicto armado sobre las mujeres indígenas, para quienes se agudiza la situación de discriminación por ser mujeres, indígenas y desplazadas. Entre el año 2003 y 2011 se reportaron 13 casos de violencia sexual contra mujeres indígenas en el marco del conflicto (la gran mayoría menores de edad entre los 11 y 16 años). En 6 casos, los presuntos agresores son militares y tropas adscritas al ejército nacional (INFORME DE LA CEDAW 2013).

Aunque en la actualidad hay una ausencia de registro de casos de niñas que han sufrido de explotación sexual comercial en Colombia, según el análisis de la situación de explotación sexual comercial en Colombia del ICBF, en el 2011 y hasta el 30 de septiembre del 2013, son las niñas quienes más sufren esta problemática con 1.799 casos registrados, que equivalen al 84,26% en relación con los niños quienes registran el 335 reportes es decir el 15,69 % del total nacional.

La relación niños y niñas por mujer (RNM) indica el número de niños y niñas menores de 5 años que hay por cada 100 mujeres en edad fértil. Este indicador muestra que la fecundidad más alta de los grupos analizados es la de la población indígena (62 niños menores de 5 años por cada 100 mujeres en edad fértil), mientras hay una fecundidad intermedia de la población afrocolombiana (42 niños por cada 100 mujeres).