El consumo sin prescripción médica de analgésicos derivados del opio se sextuplicó en Colombia entre 2008 y 2013. Según el más reciente Estudio Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas, presentado este año por los ministerios de Justicia y de Salud, el número de personas que han utilizado estos medicamentos aumentó de 33.600 a 250.000 personas en tan solo un lustro. La mayoría de estos se encuentran entre los 18 y 34 años de edad y en los estratos 4,5 y 6.
En el conjunto de las drogas legales consumidas con fines recreativos, tales como estimulantes, tranquilizantes y opioides, solo estos últimos presentaron una variación significativa, pues el porcentaje de quienes los han consumido en la vida pasó de 0,17 a 1,07. De hecho, el número de consumidores de medicamentos derivados del opio hoy supera al de consumidores de drogas ilegales como la heroína y el éxtasis, que se redujeron en un 22%(0.14% vs 0.18%) y 15% (071% vs 0.84%), respectivamente.
En términos generales, sin embargo, el incremento en el número de consumidores de medicamentos tranquilizantes, estimulantes y opioides sin prescripción (722.841 personas) ha sido de tal magnitud que hoy prácticamente iguala al de consumidores de cocaína (746.159 personas).
Sobre los opioides
Los opioides son considerados la piedra angular para el tratamiento del dolor moderado a severo generado por enfermedades como el cáncer, artritis, afecciones osteomusculares, entre otras.
Sin embargo, se encuentran entre los fármacos más utilizados con fines no médicos por los sentimientos de euforia y relajación que producen, muy similares a los de la heroína. Los riesgos del abuso de estos fármacos son daños al hígado, depresión respiratoria grave, confusión mental e incluso la muerte.
En Estados Unidos el abuso de los medicamentos de prescripción es el problema de drogas de mayor crecimiento en el país. Según el estudio Monitoring the Future de la Universidad de Michigan, estas sustancias son hoy son la segunda categoría de mayor abuso en los jóvenes, después de la marihuana.
El problema es de tales dimensiones que el número de muertes no intencionales provocadas por sobredosis de los analgésicos opioides se cuadriplicó en el país norteamericano entre 1999 y 2007 y superó el número de muertes causadas por heroína y cocaína.
“Aunque en Colombia el abuso de medicamentos de prescripción aún no es un problema de salud pública como sucede en Estados Unidos, lo cierto es que podría llegar a serlo si se mantiene la tendencia –comenta Efrén Martínez, director del Colectivo Aquí y Ahora, especializado en el tratamiento y la prevención del consumo de drogas–. Por eso, es urgente la adopción de medidas necesarias para su prevención”.