Un grupo de investigadores logró crear, por primera vez en un laboratorio, células germinales primordiales de humanos, lo que puede dar respuesta a las causas de la infertilidad.
Aunque este tipo de células ya se había podido reproducir en laboratorio en el caso de los roedores, hacerlo con las humanas era un desafío al que se midieron científicos de la Universidad británica de Cambridge y del Instituto Weizmann de Ciencias en Israel.
La revista estadounidense ‘Cell’, que publicó el estudio, destacó que esta es “la primera vez que células humanas han sido programadas para situarse en un estadio tan temprano de desarrollo” como es el de la célula germinal primordial (PGC), de las que derivan los óvulos y espermatozoides.
Los resultados de este estudio podrían ayudar a dar respuestas a las causas de los problemas de fertilidad, comprender mejor los primeros estadios del desarrollo embrionario y, potencialmente, permitir el desarrollo de nuevos tipos de tecnología reproductiva.
“La creación de células germinales primordiales es uno de las primeras fases en el desarrollo temprano de los mamíferos”, explicó uno de los autores del estudio, Naoki Irie, del Wellcome Trust/Cancer Research UK Gurdon Institute de la Universidad de Cambridge.
Las PGC aparecen durante las primeras semanas del crecimiento embrionario, cuando las células madre embrionarias del óvulo fertilizado empiezan a diferenciarse en varios tipos de células básicas.
Una vez que esas células primordiales son “especificadas”, siguen su desarrollo hacia células precursoras de espermatozoides o de óvulos “de una manera bastante automática”, según el doctor Jacob Hanna, del Instituto Weizmann.
La idea de crear este tipo de células en un laboratorio surgió con la creación en 2006 de células madre pluripotenciales inducidas (IPS), es decir, células adultas que son “reprogramadas” de manera que parecen y actúan como células madre embrionarias, las cuales pueden transformarse en cualquier tipo de célula.
Los investigadores descubrieron que un gen conocido como SOX17 es fundamental para lograr que las células madre humanas se conviertan en PGC, lo que fue una sorpresa para ellos pues, en el caso de los ratones, el equivalente de ese gen no interviene en el proceso, lo que sugiere la existencia de una diferencia fundamental entre el desarrollo de los humanos y el de los roedores.
El estudio demostró además que las PGC también pueden lograrse a partir de células adultas reprogramadas, como las de la piel, lo que permitirá avanzar en el conocimiento de la línea germinal humana, la infertilidad y algunos tipos de tumores.
Hanna destacó que lograr la PGC es solo el primer paso para crear espermatozoides y óvulos humanos, aunque todavía quedan obstáculos antes de que se pueda completar en un laboratorio la cadena de pasos que lleva a una célula adulta.
Sin embargo, Hanna mostró su confianza en que esos obstáculos se puedan superar y surja la posibilidad, por ejemplo, de que conciban las mujeres que se han sometido a quimioterapia o que sufren menopausia precoz.
Por el momento, el estudio ha dado ya algunos resultados interesantes que pueden tener implicaciones significativas para nuevas investigaciones sobre la PGC y otras células embrionarias de formación temprana.
EFE