Por: Carlos Fradique-Méndez
Abogado de Familia y para la Familia
DIPLOMADO EN EDUCACIÓN PARA LA VIDA EN FAMILIA (36)
María Moliner enseña que guerra tiene varios significados como discordia, pelea y agrega; “Lucha continua o estado de lucha, en sentido material o moral, entre personas, entre animales o entre cosas: ‘Estaban en guerra las dos familias. Le hacen la guerra todos los compañeros.” “Proceder con clara hostilidad o animadversión hacia la persona o cosa de que se trata.

Vivir en discordia dos o más personas.” El significado más amplio se refiere a “Lucha con armas entre dos o más países, que dura considerable tiempo, con diversas batallas y episodios.”

No es fácil entender que hay guerra cuando un grupo de delincuentes se dedica a perturbar la paz, la tranquilidad de los habitantes. Y menos que esa caterva tenga derecho a negociar con los lesionados para que la perdonen y decida poner fin a sus actos delictivos.

En la familia se puede entender, en sentido muy amplio, que cuando uno de sus integrantes decide asediar, fastidiar, amenazar, intimidar, vigilar los pasos de alguien de su entorno, es porque le ha declarado la guerra y muchas veces con la decisión de terminarla por la muerte del agredido o agredida. Los celosos y los despechados juran que solo descansarán cuando la persona que no acepta sus pretensiones de violencia o de pertenencia haya muerto o sufrido un escarnio o daño que permanezca como símbolo del poderío del agresor.

En Colombia los celosos, despechados, rechazados afectivamente son como una manada de enfermos que merodean su presa hasta causarle daño.
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Y las autoridades no adelantan tareas de prevención para evitar el daño. Su mayor recomendación es: Una vez estén heridas, lesionadas o muertas DENUNCIEN para que al agresor le caiga todo el peso de la ley.
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En la práctica la mayoría de esos delitos quedan impunes porque la Fiscalía es impotente para investigar y acusar y los jueces carecen de herramientas para castigar.

Durante este puente del 13 al 15 de junio, festivo porque el 11 de Junio fue El Corpus Christi, la fiesta de la presencia de Jesús en la Eucaristía, que para un pueblo católico ha debido ser un fin de semana en sana paz, sin la comisión de un solo delito contra la vida y la integridad de las personas, los medios registran las siguientes atrocidades: 1) Imputarán cargos a quien mordió en la cara a su novia, que es modelo. La cicatriz quedará toda la vida. 2) Los ataques de farc han afectado a un millón de civiles, cerca de 250.000 familias. 3) Un millón de niños colombianos son explotados en trabajos prohibidos. 4) Asesinan a Coronel de la Policía y a un patrullero y dejan dos familias con dolor de patria.
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5) Familia que gane el mínimo debe trabajar 5 años para comprar lo básico de su hogar. No para comprar vivienda. 6) Joven de 18 años ataca con ácido en cara y cuello a “su mejor amiga” y todo por denunciar delitos menores. 7) Compañero sentimental asesina a modelo en Cali. 8) Mujer asesinada en Bogotá por su pareja sentimental. 9) En Soacha un papá (Un salvaje) por celos con su pareja, agredió a su hija de 3 años y le quebró una de sus piernitas.

Y entre tanto, el grueso de la población se fue de puente con el tarareo de COLOMBIA, COLOMBIA, y la seguridad de que en Chile 11 personas serían la anestesia para olvidar tantas tragedias como las denunciadas en el párrafo anterior. El “triunfo” no se dio y hoy lunes hay más tristeza por el uno cero, que por las 20 o más mujeres asesinadas en estos 3 días.

SEMANA SIN CELOS, NI DESPECHO.

Una semana mundial sin celos no es una utopía. Por lo menos servirá para minimizar los efectos dañinos de quienes actúan violentamente con pasión. Será el resultado de una tarea compleja en la que intervendrán con propósitos pedagógicos de tolerancia y respeto los ministerios de familia, (Se debe crear en la próxima legislatura) educación, salud, trabajo, justicia, los organismos defensores de la mujer y la familia, el ICBF, las instituciones educativas, la radio, televisión, prensa, redes en general, psiquiatras, psicólogos, médicos familiares, abogados penalistas y de familia, fiscalía, defensores de derechos humanos, policía de infancia y adolescencia, comisarías de familia, expendedores de licor, apologistas de música que promueve la violencia y la represalia afectiva.

Destinemos la última semana de junio y en especial el último sábado del mes que será el próximo 27, para decirle al mundo que Colombia ha decidido luchar con denuedo para educar a sus ciudadanos para que aprendan a manejar los celos y el despecho sin lesionar ni matar a sus parejas.

Bogotá, 16 de junio de 2015.

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