El Comando del Ejército confirmó que el helicóptero militar atacado por guerrilleros hace una semana en una zona rural de la vereda El Bejuco, municipio de Teorama, en el departamento de Norte de Santander aterrizó en un campo minado con explosivos, y no fue derribado por impactos de fuego realizados desde tierra por insurgentes del ELN, como lo manifestaba inicialmente esa guerrilla.
A través de un comunicado emitido hoy, el Ejército señaló que los estudios de expertos antiexplosivos determinan que “la carga se encontraba enterrada y tenía un sistema de iniciación eléctrico con un dispositivo de activación por cable de mando, lo que significa que necesariamente debió ser activada por terroristas a distancia”.
Con esta conclusión, añaden, se “confirma la información oficial inicial de que el hecho se produjo cuando el helicóptero ya estaba en tierra y desembarcaba personal”, lo que “descarta categóricamente” que el helicóptero, tipo Black Hawk, fuera derribado.
Asì mismo, atribuyen el hecho atroz a la cuadrilla Héctor, del Frente de Guerra Nororiental del ELN, cuyo cabecilla es alias Manuel Guevara, fueron los autores del hecho terrorista.
En las primeras horas tras el suceso, el Ministerio de Defensa había indicado en un comunicado que los explosivos habrían sido colocados y activados por guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El punto que no se precisa en el comunicado es el número de muertos en el ataque guerrillero, que según dijo el ministerio en su momento eran cuatro uniformados, en tanto que el grupo armado sostuvo en su comunicado de este sábado que fueron ocho las personas que perdieron la vida, “un cabo primero y siete soldados”.
Los militares que llegaron a Teorama tenían la misión de reforzar la seguridad del oleoducto Caño Limón-Coveñas, objeto de varios atentados durante la semana anterior.
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