Somos el Ejército Nacional, están en libertad: Siete años de la gloriosa Operación Jaque
No puedo olvidar los ojos bañados en lágrimas del entonces Comandante del Ejército General Mario Montoya, quien no paraba de orar y dar gracias a Dios por ese triunfo”. Así describe el Teniente Raimundo Malagón, la gloriosa operación (como muchas) que realizaron valientes y arrojados integrantes de Inteligencia del Ejército Nacional, cuando el 2 de julio de 2008, rescataron sanos y salvos a 15 secuestrados, dentro de los que se encontraba la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt; 3 norteamericanos y once héroes de la Fuerza Pública, quienes permanecieron en poder de la organización narcoterrorista de las Farc, por periodos de 6, 9 y 10 años.
Pero así como el teniente Malagon (uno de los militares secuestrados) cuenta con euforia detalles de lo que significó volver a la libertad”, el piloto que participo de la jugada maestra y que comandó la nave militar disfrazada con emblemas de la Cruz Roja recuerda que “hace siete años recibió la propuesta de participar en la Operación Jaque; aquel entonces le dijeron: está dispuesto a participar en una misión donde solo pueden ocurrir tres cosas, primero, usted puede ser secuestrado, segundo, puede morir y tercero, puede regresar victorioso de la misma”.
“En un principio las tripulaciones solo sabíamos que sería una misión riesgosa, pero no teníamos la magnitud de lo que en días posteriores íbamos a realizar; durante varios días no nos afeitamos ni nos peluqueamos porque debíamos parecer civiles, nuestros teléfonos celulares fueron recogidos e iniciamos un arduo entrenamiento con personal de inteligencia militar para caracterizar nuestras nuevas identidades, dejamos de ser el cabo, el sargento, el mayor, el capitán, para convertirnos en el periodista, el camarógrafo, el árabe y el australiano dijo este oficial”, señaló el oficial.
Y añadió que:”Por supuesto, la situación familiar fue compleja, según este militar, su esposa cada noche le preguntaba de todo, pero la orden era no decir una sola palabra de lo que se estaba planeando. Todo esto era necesario porque uno de los éxitos de esta operación fue la compartimentación de la información. Al final, el resultado fue el que todos conocieron, un éxito operacional sin precedentes.
La planeación de la operación se empezó a formar en el momento de la fuga del sub-intendente Jhon Frank Pinchao del campamento de donde se encontraba secuestrado.
Al llegar a la libertad, el sub-intendente Pinchao entregó detalles a la Fuerza Pública de como era la zona en donde se movían los secuestrados, entre otros detalles usados por el Ejército Nacional para el operativo.
Las pruebas de supervivencia fueron la siguiente pista del sitio donde se encontraban los secuestrados. Se pudo establecer que la persona encargada de llevar las pruebas salió del área de Tomachipán, además se establecía, por el entorno en el que se encontraban, que los secuestrados estaban divididos en varios grupos, y por consiguiente, para liberarlos habría que reunirlos en uno solo
Pese a las dificultades y liderados por el general Freddy Padilla, entonces comandante de las Fuerzas Militares, llevaron a cabo el histórico operativo el 2 de julio del 2008, que se dio a conocer ante el mundo como la honrosa “Operación Jaque”.
El Ejército pintó de blanco y rojo un helicóptero militar muy similar a los que utilizaba la Cruz Roja y le dibujó los emblemas del organismo humanitario; en esta nave camuflada, serían transportados los secuestrados, o quizá, serían también secuestrados.
La operación se basó en el traslado de los secuestrados a un punto en la selva. El grupo de quince secuestrados, los supuestos miembros de la Cruz Roja y los custodios, Gerardo Antonio Aguilar Ramirez alias “Cesar” y Alexander Farfán alias “Enrique Gafas” comandantes guerrilleros, subieron al helicóptero, y es allí en donde se empieza a vislumbrar un sueño llamado libertad.
Los secuestrados fueron esposados para no levantar sospechas entre los comandantes guerrilleros, y subidos a pesar de sus reclamos, a la aeronave.
Minutos más tarde, en una espectacular maniobras digna del riguroso entrenamiento militar, los guerrilleros que se embarcaron sin querer con un boleto directo a la cárcel, fueron neutralizados por los agentes de inteligencia del Ejército.
Finalmente el comandante de la operación anunció a los secuestrados: “Somos el Ejército Nacional, están en libertad”.
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