La jornada inicia con la votación del presidente Juan Manuel Santos, quien junto con su esposa y sus hijo ejerció su derecho a sufragar en la mesa uno, instalada en la Plaza de Bolívar. Por su parte las autoridades informaron que la jornada se adelanta en completa normalidad, y hacen un llamado a los colombianos a salir a las urnas en horas de la mañana.

El proceso electoral que se desarrolla será, posiblemente, el último que vivirá Colombia en un escenario de conflicto. En alrededor de 150 días el país podría estar firmando el acuerdo con las Farc que daría inicio a la construcción de la paz.

Unos 34 millones de colombianos están convocados a votar entre las 8:00 y 4:00 p.m., en los primeros comicios regionales desde el inicio en noviembre de 2012 de las negociaciones con las Farc. Las partes, que ya establecieron como fecha límite para sellar un pacto definitivo el próximo 23 de marzo, sostienen conversaciones en La Habana en medio de un alto al fuego unilateral decidido por las Farc y de una suspensión de los bombardeos ordenada por Santos. «Los gobernantes que resulten electos saben que van a tener que gestionar el postconflicto», dijo el politólogo Fernando Giraldo.

En liza están las alcaldías de 1.102 municipios y las gobernaciones de los 32 departamentos para los próximos cuatro años, aparte de nuevos concejos, diputados de asambleas y ediles de juntas administradoras locales.

Los candidatos que sean elegidos en las elecciones de mañana tendrían la responsabilidad de gobernar para la paz. Si se llega en La Habana a la firma del fin del conflicto con las Farc, los mandatarios elegidos mañana tendrían un reto muy importante sobre sus hombros: poner en marcha el acuerdo de paz y lograr la reconciliación.

Los mandatarios regionales son los que toman las decisiones más importantes para la vida cotidiana de las personas. En sus manos están gran parte de las decisiones sobre seguridad, movilidad, servicios públicos, obras públicas locales, ordenamiento territorial, atención básica en salud, entre otras. Por esta razón, votar por los más honestos y los más capaces es fundamental para mejorar las condiciones de vida y el bienestar de las comunidades.

Estas elecciones serían las más transparentes y en las que menos actos violentos, asociados al conflicto armado, se han presentado de nuestra historia reciente. El control sobre delitos electorales y la disminución en los actos de violencia así lo indican.