Osiris Cárdenas es un doble símbolo: Sobrevivió a la masacre en El Salado (Bolívar) y hoy recibió junto a su familia de manos del Presidente Santos, la casa 100.000 del programa Viviendas Gratis.
“¡Lloré de la alegría! Ahora sí tengo mi casa, y eso es una alegría inmensa”, fueron las primeras expresiones de Osiris Cárdenas, una de las víctimas de la masacre del corregimiento El Salado, en Bolívar, al recibir de manos del Presidente Juan Manuel Santos, la casa número 100.000 del programa Viviendas Gratis del Gobierno Nacional.
Un poco confundida en medio de la alegría tras enterarse hace unos días que era una de las beneficiarias del programa del Gobierno, le dijo a sus hijos: “ahora sí vamos para lo de nosotros… ahora ya sí tenemos casa”.
Osiris no para de hablar mientras atiende la comida que está preparando en una improvisada cocina que fue adecuada en una porqueriza, que también sirve de vivienda para ella y sus cuatro hijos. Afuera, un pequeño espacio acondicionado con parales y plásticos negros, sirve de baño y ducha para la familia.
“Madre y padre al mismo tiempo” Osiris recuerda los aciagos momentos hace 15 años en que miembros de un grupo armado paramilitar incursionaron violentamente en El Salado, corregimiento de Carmen de Bolívar, dejando decenas de muertos, abandono y desplazamiento.
“Nos fuimos huyendo para el monte. Le digo que yo me adelgacé. Cocinábamos cualquier cosa y enseguida apagábamos los fogones. Nos ocultábamos detrás de las hornillas, detrás de los tanques. No me atrevía a salir casi ni a bañarme por el temor de que cualquier hojita que sonaba eran las pisadas de esa gente que venía. Fue algo espantoso que casi no me gusta habar”, dijo.
Osiris no paró de vivir aquí y allá, en casas abandonadas junto con sus hijos Vanessa, Laura, Luis Armando y Luis Eduardo.
“De ahí para acá fue repasando vivienda de un lado a otro”, dice, mientras despide a su hija Laura, quien sale caminando para atender sus deberes escolares.
Con su cuerpo delgado y el rostro que refleja el trasegar en su vida, cuenta que cuando ella y sus hijos llegaban a alguna casa para habitarla, en muchas ocasiones le pedían que la desalojara.
“A mí me mandaban desocupar porque me decían que la casa tenía dueño. Yo dije, bueno, será aquí hasta que yo algún día me aburra, o hasta que consiga para dónde irme, porque ¿Qué más?”, se preguntaba.
Osiris aceptó una propuesta de la organización Mujeres Unidas, de vivir junto con sus hijos en una porqueriza cerca a El Salado, la cual tuvo que adecuar para que fuera habitable. “Vivir en esta porqueriza es ante todo tener una responsabilidad. Adaptarse, más que todo, de pronto a los malos olores, a los mosquitos…”, dice.
Recibe una casa que merece con creces
Gracias al Programa Viviendas Gratis, logró cumplir el anhelo que rondaba su mente desde que fue desplazada por la violencia.
“Ahora recibe su casa que se merece con creces”, le dijo el Presidente a Osiris, en una llamada telefónica el pasado 24 de noviembre, en la que le anunciaba su visita a El Salado para la entrega a ella y otras familias de 100 viviendas gratis, cada una de 76,23 metros cuadrados, de la Villa Beatriz Linares.
El complejo habitacional fue construido por la Fundación Carvajal, a un costo de 4.277 millones de pesos y dará vivienda digna a personas en condiciones de extrema pobreza. El Primer Mandatario puso la primera piedra del conjunto de viviendas en marzo del 2014, junto con el Vicepresidente, Germán Vargas Lleras.
“Me da mucho, mucho orgullo, mucho placer y es para mí un honor entregarle a usted esa casa. Le deseo todo lo mejor”, le dijo el Presidente Santos.
“Con la nueva casa ya se me van las preocupaciones, porque ahora sí digo, ahora sí tengo mi casa, y eso es una alegría inmensa”, dijo Osiris.