El excomandnate del Ejército, Mario Montoya, será notificado el próximo martes 31 de mayo por la Fiscalía General, que lo investiga formalmente porque en su gestión se aumentaron las ejecuciones extrajudiciales conocidos como los ‘falsos positivos’.
La audiencia se realizará ante un juez de Paloquemao y no ante la Corte Suprema de Justicia, que se supone, sería el juez natural por el fuero constitucional que tiene el oficial retirado.
Por no tratarse de hechos cometidos en actos del servicio sino de delitos de lesa humanidad, el fuero no aplicaba.
Los hechos por los que es investigado se relacionan con la muerte de Daniel Torres y Roque Julio Torres, padre e hijo, quienes perdieron la vida en un hecho que aún es materia de investigación, en marzo de 2007.
Este doble crimen ocurrió en la finca El Triunfo, ubicada en Aguazul (Casanare).
También se le investiga por otras ejecuciones extrajudiciales en Hato Corozal y Paz de Ariporo, municipios del Casanare, debido a que Torres Escalante era en los días de los hechos el comandante de la Brigada 16 del Ejército, que tiene a su cargo esa zona del Casanare.
En el proceso se investiga el asesinato del campesino José Mendivelso. A él, según la Fiscalía, lo obligaron a vestir un uniforme de Policía y a calzarse botas antes de ser asesinado y presentado como un supuesto guerrillero del Eln.
Entre las pruebas que tiene en su poder la Fiscalía contra el general (r) Mario Montoya hay declaraciones de otros generales y oficiales de alto rango que cuestionaron las directrices y forma en que se ejerció el mando durante esa época.
Montoya, comandante del Ejército en el gobierno de Álvaro Uribe y cerebro de la famosa Operación Jaque, pesaron siempre señalamientos de supuestos nexos con paramilitares y narcotraficantes, algunos de ellos hechos por Salvatore Mancuso y el ‘Tuso’ Sierra.
Los paramilitares también han enredado a Montoya por las órdenes que dio a los uniformados que participaron en la polémica Operación Orión, realizada en Medellín en el año 2012.