–Las guerrillas de las Farc afirman que no reclutan a los niños, pero siguen haciendolo, según lo afirma el influyente diario estadounidense “The New York Times”.
“Los rebeldes, conocidos como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia , o Farc, dicen que no reclutan a los niños. Sin embargo, durante una reciente visita a un campamento de las Farc por The New York Times, una media docena de soldados como de 15 años dijeron que habían sido reclutados por los rebeldes sólo meses anteriores”, precisa el periódico.
En el extenso informe, que firma el periodista Nicholas Casey, jefe de la oficina de The New York Times de los Andes, con sede en Caracas, se detallan las historias contadas por menores de edad que fueron secuestrados en los campos colombianos por los guerrilleros de las Farc para forzarlos a hacer parte de sus filas.
A uno de los menores lo identifica con el nombre de Fabio, quien dijo que fue secuestrado por las Farc a la edad de 9.
“En el momento en que tenía 13 años, dijo, sus comandantes comenzaron a enviarlo en misiones en solitario para cortar las gargantas de los soldados del gobierno mientras dormían”, precisa.
El Times transcribe declaraciones del comandante del campamento visitado, un sujeto de nombre Teófilo Panclasta, quien justificó el reclutamiento de niños argumentando que muchos de ellos llegaban al grupo guerrillero huyendo de problemas en sus hogares.
“Si llega una niña de 15 años que quiere unírsenos para abandonar la prostitución, ¿que quiere que le digamos?”, preguntó el tal Panclasta.
El periodista abunda en detalles sobre el caso de Mélida, quien dijo que tenía 9 años de edad cuando sus captores llegaron a su casa a lo largo del río, le llamaron la atención diciendo que tenían sopa en su canoa.
“Ella es uno de los miles de niños que se vieron obligados a combatir en un conflicto de medio siglo en el país”, puntualiza.
Mélida–subraya–tenía sólo 9 años cuando guerrilleros se la llevaron con la promesa de los alimentos, mientras jugaba en el suelo. Durante los siguientes siete años que fue secuestrada por los rebeldes, fue obligada a convertirse en un niño soldado.
Los guerrilleros la llevaron hasta el río hasta que llegaron a un campo lejano. Se despertó junto a varios otros niños, cada uno alrededor de 10 o 11. Su primera lección se ocultaba en zanjas durante bombardeos por parte del ejército.
Mélida dijo que vio el destino de los combatientes fugitivos de primera mano. Una vez, a los 20 años de edad, y su hermana de 14 años de edad, desaparecieron antes del amanecer y pronto se encontraron atrapados en el borde de un río fangoso. No habían aprendido a nadar.
Otro caso que transcribe es el de Freddy, quien dijo que se unió a las Farc a los 14 años para vengar la muerte de un primo por las fuerzas paramilitares. Desertó a los 16 con dos docenas de otros soldados. Sin embargo, dijo su tía, por temor a las represalias de la guerrilla, le dijo que nunca más volvería a su pueblo.
Luego señala que según “los analistas”, encontrar un lugar para estos ex soldados es vital para el éxito de cualquier acuerdo de paz.
“Si los programas de reintegración pobres o mal hechos no pueden ofrecer oportunidades a los niños ex combatientes, de los paramilitares poderosos y los grupos de traficantes Colombia puede ofrecerles una alternativa tentadora”, dijo Adam Isacson, un analista de la Oficina de Washington para América Latina, un grupo de derechos humanos.
El periodista destaca que “Colombia está llegando a un acuerdo de paz con los rebeldes para poner fin a medio siglo de lucha, uno de los conflictos más largos del mundo” y añade:
“Más de 220.000 personas han muerto, dejando un país amargamente dividida sobre el papel que, en su caso, los antiguos rebeldes deben desempeñar en la sociedad una vez que haya que dejar sus armas para una nueva vida, sin armas fuera de la selva. Eso incluye miles de combatientes rebeldes que fueron criados desde la infancia para llevar a cabo la lucha armada. Muchos de ellos saben poco más que la guerra”.