–Tras expresar su rechazo al plebiscito promovido por el presidente Juan Manuel Santos, por considerar que con este se pretende rematar un golpe de Estado contra el orden constitucional y la legalidad, el expresidente Andrés Pastrana Arango sugirió a los conservadores votar por el “No” en esa consulta popular.
En una carta que envió desde Mozambique, Africa, al directorio nacional de su partido, Pastrana Arango señala que un posible NO de los colombianos en las urnas sería la oportunidad de corregir los errores que se han cometido en La Habana.
Además afirma: “En esta hora de definiciones el gobierno debe sumarse a la sensatez de sus socios (las Farc) para garantizar incondicionalmente a sus compatriotas que el certamen no desembocará en una tragedia sino se cumple en las urnas la voluntad del señor presidente Santos”.
Los términos de la misiva de Pastrana a sus copartidarios, son los siguientes:
Ante el golpe de estado contra el orden constitucional y la legalidad que se pretende rematar con un plebiscito espurio he sostenido, al margen de la dirección del partido, una posición de rechazo.
El chantaje implícito en la disyuntiva de “paz o guerra” anunciada por el Presidente Santos, reiterado hace unos días, ha marcado el tono de su convocatoria a las urnas.
Sin embargo, las Farc, sus socios electorales, se deslindaron del pronunciamiento manifestando que ganen o pierdan en las urnas no volverán a la guerra.
Paradójicamente, la guerrilla abrió así una puerta a la paz en torno a la necesidad de afinar los acuerdos pacíficamente en la eventualidad de una victoria del NO.
Dentro del juego democrático la garantía de acudir a las urnas libremente, sin la espada de Damocles de las represalias o reacciones terroristas pendiendo sobre el democrático derecho a disentir, no depende de la subversión.
Es mandato constitucional del gobierno — generoso en sus concesiones en La Habana y con un plebiscito cortado a su medida—garantiza al electorado la posibilidad de la paz en consonancia con una eventual mayoría adversa en las urnas.
La búsqueda de una paz amplia, limando asperezas de puntos discutibles sin necesidad de recaer en el conflicto, es fundamental.
En la recta final si se da el voto mayoritario por el NO, la refinación de temas tales como el de la conveniencia constitucinal del umbral plebiscitado del 13%, los controles al Tribunal Especial o la adición a la Constitución de todos y cada uno de los puntos de los acuerdos es una oportunidad única para lograr una paz sin cabos sueltos.
El diablo está en los detalles, dicen los anglosajones.
En esta hora de definiciones el gobierno debe sumarse a la sensatez de sus socios para garantizar incondicionalmente a sus compatriotas que el certamen no desembocará en una tragedia sino se cumple en las urnas la voluntad del señor presidente Santos.
El gobierno no tiene por qué temerle a estas lecturas, tras seis años de contactos y discusiones con las Farc, a los ajustes que en nombre de la paz de Colombia el pueblo en las urnas demande.