–La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, advirtió que en Colombia hay 5,8 millones de colombianos en crítica situación alimentaria como consecuencia del conflicto armado y al efecto hizo un vehemente llamado al gobierno del presidente Juan Manuel Santos a corregir la dramática situación.
Según la FAO, el 12 por ciento de la población colombiana, requiere urgente asistencia alimentaria y nutricional.
El pronunciamiento sobre Colombia está incluido en un informe que la FAO presentó el pasado fin de semana sobre el estado de la seguridad alimentaria en 17 países afectados por conflictos armados.
De acuerdo con el informe, entre las 17 naciones –en las cuales hay 56 millones de personas en grave situación de inseguridad alimentaria–, en América Latina y el Caribe, están Colombia y Haití; en África, Burundi, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Guinea Bissau, Cote d’Ivoire, Liberia, Mali, Somalia, Sudán del Sur y Sudán; en Oriente Medio, Líbano, Irak, Siria y Yemen; y en Asia, Afganistán.
El director general de la FAO, José Graziano da Silva, y la directora ejecutiva del PMA, Ertharin Cousin, afirmaron en la introducción del estudio que los conflictos son una de las principales causas del hambre.
“Los conflictos socavan la seguridad alimentaria de múltiples maneras: destruyendo los cultivos, el ganado y las infraestructuras agrícolas, perturbando los mercados, causando desplazamientos, generando miedo e incertidumbre sobre cómo dar respuesta a las necesidades futuras, dañando el capital humano y contribuyendo a la propagación de enfermedades”, explicaron.
Los altos funcionarios aseveraron que hacer frente al hambre puede ser una contribución importante a la consolidación de la paz y pugnaron por romper el círculo vicioso conflicto-pobreza-hambre.
También fue presentado un informe adicional sobre la crisis en la región del lago Chad, que afecta a Nigeria, Níger, Chad y Camerún. Allí, la violencia asociada a boko haram ha hecho que el número de personas desplazadas se triplique en los últimos dos años, con el aumento de los niveles de hambre y malnutrición.
EL INFORME
Estos son apartes del informe de la FAO sobre la crisis alimentaria en Colombia:
Cinco décadas de conflicto armado en Colombia han afectado directamente a unos ocho millones de personas, de las cuales 6,8 millones han sido desplazada (Unidad de víctimas – UARIV, 2016). Este nivel de desplazados internos, coloca al país por delante de cualquier otro país.
Minorías étnicas se han visto particularmente afectados por la violencia.
El alto el fuego firmado recientemente finalmente podría conducir a una mejora del entorno socioeconómico de los afectados poblaciones. Se prevé que con el cese de las hostilidades las poblaciones rurales afectadas directamente por el conflicto vean una mejora en su situación de seguridad alimentaria, como un entorno de seguridad más estable permitirá la reanudación de la agricultura actividades, un mejor funcionamiento de los mercados y el acceso a la ayuda del gobierno.
Uno de los principales problemas de seguridad alimentaria para Colombia está mejorando su “triple” carga desnutrición. La población está sufriendo a partir de: la desnutrición crónica (13,2 por ciento de los niños menores de cinco años), la deficiencia de micronutrientes (28 por ciento de los niños menores cinco años anémico) y la obesidad (51 por ciento de la población)
Luego cita los factores que provocan la inseguridad alimentaria aguda:
El conflicto armado, por su magnitud, la cobertura, la duración y el número de personas afectadas ha representado la mayor amenaza para la inseguridad alimentaria cíclica en Colombia. Las poblaciones indígenas y poblaciones rurales ubicadas en zonas aisladas son los más vulnerables y han sido en gran medida afectada por el conflicto.
Alrededor del 94 por ciento de la población desplazada es de inseguridad alimentaria, en comparación con el 43 por ciento a nivel nacional. Entre estas poblaciones las tasas de anemia en niños menores de cinco años son entre el 53 y el 78 por ciento en comparación con el 28 por ciento a nivel nacional. En las zonas afectadas por el conflicto las tasas de anemia de la población indígena se encuentra también a ser tan alto como el 87 por ciento (2013 PMA).
El desplazamiento forzado
Los desplazamientos forzados, uno de los principales efectos del conflicto armado, continúa afectando la producción agrícola en las zonas afectadas, ya que miles de agricultores han quedado sin tierra e incapaz de producir sus propios alimentos. Los desplazados internos tienen limitados recursos económicos, activos productivos y de vivienda, y no tienen acceso a un sistema de protección social adecuados que podrían mitigar estos impactos.
El desplazamiento ha tenido un mayor impacto en la población indígena, de la población total de desplazados, el 13 por ciento son de etnia las minorías (UARIV, 2016).
De acuerdo con datos oficiales, entre 1985 y agosto de el año 2015 alrededor de siete millones de personas fueron desplazadas internamente en Colombia (14,5 por ciento de la población total). La Unidad Nacional de Atención Integral a Víctimas se ha duplicado recientemente sus esfuerzos para ofrecer reparación a los desplazados internos y para evaluar a través de las herramientas más precisas de su situación y necesidades, incluso varios años después del desplazamiento.
Muchos desplazados internos pueden haber regresado a sus lugares de origen y otros pueden haber integrado en las comunidades que reciben o reubicados a diferentes municipios. Sin embargo, esto no necesariamente significa que hayan reintegrado, ya que muchos de ellos aún tienen necesidades presentes durante el desplazamiento, por lo tanto hay una necesidad de crear las condiciones para soluciones duraderas. Muchos retornos son espontáneos o sin compañía que presenta múltiples desafíos en términos de asistencia humanitaria y soluciones sostenibles.
Los medios de vida de la población rural vulnerable recibir desplazados también se ven afectados debido a la competencia de locales limitadas recursos y oportunidades de empleo, la creación de la escasez de alimentos.
En el pasado, las restricciones ocasionales de movimiento también han afectado el acceso a los alimentos, el combustible, los mercados, la educación, la salud y otra básica bienes. Se prevé que con un entorno de seguridad más estable, el acceso a estos servicios va a mejorar.
El acuerdo de paz entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – FARC firmado en julio el año 2016 crea las condiciones para reducir los hechos violentos relacionados con el conflicto armado. Sin embargo, la existencia de otra armado ilegal grupos, no relacionados con el proceso de paz, sigue siendo una amenaza para la población colombiana.
Restricciones a la movilidad y las limitaciones de acceso
Las restricciones a la libre circulación de los civiles y de su acceso a los servicios básicos están muy extendidas en las zonas rurales y urbanas afectadas por el conflicto armado. Según los analistas de conflicto y hallazgos evaluaciones de campo, restricciones a la movilidad y las limitaciones de acceso se cada vez causada por mecanismos de control social puesto en marcha por grupos armados no estatales, grupos armados post-desmovilización y las estructuras armadas locales, tanto en contextos rurales y urbanos. Algunas de estas estrategias incluyen amenazas, imposición de “códigos de conducir “,” fronteras invisibles “, las restricciones a los programas de asistencia del Estado, así como las acciones armadas con bajo esfuerzo militar y de alto impacto, tales como los ataques contra el petróleo, la energía y la infraestructura vial.