Tres de los policías que les facilitaba los hurtos a una banda de ladrones que delinquía en varios municipios de Cundinamarca y Bogotá, quedaron en libertad por aceptar los cargos de hurto calificado y agravado, concierto para delinquir y hacer un pacto con la Fiscalía.
El pasado viernes fue desarticulada esta banda criminal que contaba con la colaboración de 12 policías que omitían prestar su servicio con el fin de que los ladrones realizarán los hurtos en establecimientos y viviendas en Fusagasugá, Girardot, Soacha y algunos sectores del sur de Bogotá.
“Luego de un año de investigación, en la que se realizaron interceptaciones y seguimientos, se logró la captura de 30 personas, entre los que estaban 12 miembros activos de la Policía Nacional”, afirmó el coronel José Miguel Correa, comandante de la Policía en Cundinamarca.
De acuerdo con el coronel Correa, los uniformados recibían pagos de los delincuentes para que les permitieran perpetrar los hurtos.
“Los civiles ubicaban bodegas o centros comerciales y contactaban a los uniformados para que omitieran el servicio policial y pudieran ejecutar sus fechorías”, aseguró el coronel Correa.
La Sijín de Cundinamarca y de Bogotá logró identificar los policías corruptos y un fiscal ordenó realizar allanamientos tanto en sus viviendas como en las de los delincuentes a los que ayudaban.
“En algunos de los inmuebles de los civiles se encontraron un inhibidor de señales, una chaqueta reflectiva de la Sijín, un radio Motorola y un revólver 38 largo”, indicó Correa.