Rafael Uribe Noguera, acusado del secuestro, violación, tortura y asesinato de la niña Yuliana Andrea Samboní, de siete años, consumió cocaína, opiáceos y bebidas alcohólicas.
“Los estudios positivos indicaban que había consumido cocaína y opiáceos”, explicó el gerente de la Clínica Navarra de Bogotá, Jorge Murcia, a emisoras colombianas.
La niña desapareció el pasado domingo en horas de la mañana de donde fue aparentemente secuestrada por Uribe Noguera en un vehículo de su propiedad.
Horas más tarde fue hallada sin vida en un apartamento de propiedad del sindicado, en el exclusivo barrio Nueva Granada, en el sector de Chapinero, con aparentes signos de violencia sexual.
La Policía dijo entonces que el principal sospechoso del crimen era el arquitecto, de 38 años, quien el mismo domingo fue recluido en la Clínica Navarra, situada en el norte de Bogotá, “bajo una crisis”.
De acuerdo con el doctor Murcia, al ingresar en el centro asistencial el sospechoso confesó haber consumido “perico”.
Además, agregó el galeno, fue la familia del paciente la que solicitó el apoyo de la policía.
Por su parte, la emisora Caracol Radio tuvo acceso al informe médico (triage) de Rafael Uribe Noguera al ingresar a la sección de urgencias de la Clínica.
En el reporte se indica que el paciente fue remitido en ambulancia desde la Clínica Monserrat, a donde inicialmente fue conducido.
El informe precisa además que Uribe Noguera consumió tres bolsas de cocaína y una botella y media de la bebida alcohólica conocida como aguardiente.