Enrique Ariza Rivas, exdirector de inteligencia del desaparecido DAS, logró permanecer cuatro años fugitivo, a pesar de pesar en su contra una condena a ocho años de cárcel por el caso de “las chuzadas” y enfrentar un juicio abierto por tortura agravada contra la periodista Claudia Julieta Duque.
Tras una extensa batalla judicial, el pasado lunes la justicia colombiana logró que EEUU deportara a Colombia a Ariza Rivas, quien a través de un proceso de asilo político en La Florida había logrado evadir desde 2013 la primera orden de captura que se expidió en su contra.
Para lograr su regreso al país, el CTI probó ante las autoridades de Estados Unidos que Ariza interceptó ilegalmente a magistrados y congresistas, y que además torturó psicológicamente durante tres años a la periodista investigativa Claudia Julieta Duque, quien tuvo que exiliarse.
El exfuncionario del DAS fue sentenciado a ocho años de prisón por su responsabildiad en los delitos de concierto para delinquir agravado, violación ilícita de comunicaciones y utilización ilícita de equipos transmisores y receptores por el escándalo de las “chuzadas”.
Según la investigación de la Fiscalía, el grupo G-3 del DAS se conformó para adelantar seguimientos e interceptaciones ilegales a un grupo predeterminado de personas que fueron catalogadas como “objetivos” por parte de altos funciones de la Presidencia de la República y las directivas del DAS en el año 2007.
En el caso de Duque la información obtenida por el DAS fue utilizada para amenazarla y atacarla. Por medio de llamadas anónimas la periodista fue presionada para que dejara de hacer revelaciones periodísiticas.
Ariza llegó a Colombia el pasado lunes, siendo el primero de los 61 expulsados por Estados Unidos que arribaron al país.
El exdirectivo del DAS enfrentará en Colombia una condena de ocho años, dictada por la Corte Suprema en octubre de 2016, y un proceso por tortura agravada que se le adelanta en el Juzgado Segundo Penal Especializado de Bogotá.