Internacional

Papa Francisco ordena detener práctica de la eutanasia en centros psiquiátricos de Bélgica

–Una orden para que se detenga la práctica de la eutanasia en los 15 Centros psiquiátricos, que tienen a su cargo en Bélgica los Hermanos de la Caridad, impartió en las últimas horas el Papa Francisco, tras reiterar el rechazo de la Iglesia Católica a esta medida.

La orden del Sumo Potífice llegó a través del Dicasterio vaticano para la Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, recordando que la eutanasia se opone a los principios fundamentales de la Iglesia católica y el plazo señalado para que se detenga dicha práctica es el mes de agosto de 2017.

El Superior General, el Hermano René Stockman, señaló que los hermanos que forman parte de la Junta Directiva del Grupo de Hermanos de la Caridad, nombre del Instituto religioso masculino de derecho pontificio, fundado por un sacerdote belga y aprobado en 1899, que dirige los centros, también deberán firmar una carta conjunta declarando que «apoyan plenamente la visión del magisterio de la Iglesia Católica, que siempre ha confirmado que la vida humana debe ser respetada y protegida en términos absolutos, desde el momento de la concepción hasta su fin natural».

El mismo Superior General, que había solicitado una intervención contra esta práctica inaceptable, recuerda que los hermanos que se nieguen a firmar se enfrentarán a las sanciones correspondientes.

Al presentar la información sobre el No del Papa a la eutanasia, el Vaticano incluye este gráfico

En diferentes oportunidades, el Papa Francisco se ha pronunciado en contra de la Eutanasia.

En una de ellas, Francisco aseguró que toda la sociedad debe “respetar la vida y la dignidad del enfermo grave y del moribundo” y agregó que “aun siendo conscientes de que “no es la ciencia la que redime al hombre”, la sociedad entera y en particular los sectores relacionados con la ciencia médica deben expresar la solidaridad del amor, la salvaguardia y el respeto de la vida humana en todos los momentos de su desarrollo terreno, sobre todo cuando padece una enfermedad o se halla en su fase terminal”.

Tras constatar que cada vez es más frecuente encontrar en las grandes ciudades a personas ancianas y solas, “también en los momentos de la enfermedad grave y en proximidad de la muerte”, el Santo Padre afirmó que “en esas situaciones, se hacen agudas las presiones de la eutanasia, sobre todo cuando se insinúa una visión utilitarista en relación con la persona”. En este contexto, recordó una vez más “la firme y constante condena ética de toda forma de eutanasia directa, según la enseñanza tradicional de la Iglesia”.

“El esfuerzo de la sociedad civil y de la comunidad de los creyentes debe orientarse a que todos puedan no solo vivir con dignidad y responsablemente, sino también cruzar el momento de la prueba y de la muerte en la mejor condición de fraternidad y solidaridad, también cuando la muerte se da en una familia pobre o en el lecho de un hospital”.

El Santo Padre afirmó que la sociedad tiene que “asegurar el debido apoyo a las familias que quieren atender en casa, durante largos períodos, a enfermos afligidos por patologías degenerativas (tumorales o neurodegenerativas) o necesitados de una asistencia muy costosa. La colaboración entre la Iglesia y las instituciones puede ser especialmente importante en estos campos para asegurar la ayuda necesaria a la vida humana en el momento de la fragilidad”.