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MinSalud presenta el segundo ‘Atlas de variaciones geográficas en salud’

El Ministerio de Salud y Protección presentó hoy el segundo Atlas de variaciones geográficas en salud, una herramienta útil para visualizar las condiciones del sistema de salud, el estado de salud de la población y las variaciones en la práctica médica en distintas regiones del país. Además de su aprovechamiento en la investigación, el documento es un insumo clave para la identificación de las inequidades en el territorio y en el diseño de políticas públicas.

En esta oportunidad, el atlas se concentró en mostrar las variaciones geográficas en tres grupos de servicios de salud: partos por cesárea, integralidad en la atención a pacientes con VIH y seis procedimientos incluidos en el Plan de Beneficios en Salud (consulta con médico general, consulta con especialista, resonancia magnética nuclear, tomografía axial computarizada, ingresos hospitalarios y atención en unidades de cuidado intensivo). La profundización del trabajo se hizo en cuatro de los ítems: tomografías, cuidados intensivos, cesáreas y VIH.

La selección de los temas tuvo en cuenta su relevancia en el sistema de salud (frecuencia y costo), su importancia en términos de salud pública y la disponibilidad de estudios de variaciones geográficas e indicadores de usos que pudieran ser utilizados como referentes internacionales.

TAC, UCI, cesáreas y VIH

Con respecto al uso de la tomografía axial computarizada (TAC), el atlas advierte una baja frecuencia de uso de esta tecnología en Colombia con respecto a otros países. Así mismo, observa que las regiones del país con más dificultades socioeconómicas y las personas del régimen subsidiado son las que menos la usan (inequidad que debe ser estudiada). Resulta llamativo que los departamentos donde más se utiliza este procedimiento diagnóstico no sean los que tienen mayor oferta de tomógrafos.

Los departamentos con más dificultades socioeconómicas también son los que menos tienen atenciones en unidades de cuidados intensivos (UCI). Sin embargo llama la atención que este servicio es menos frecuente en aquellos departamentos donde hay una EPS consolidada y con una red de prestadores fuerte. En principio, podría plantearse que una EPS arraigada tiene mayor capacidad para desarrollar programas de prevención, resolver problemas en niveles más bajos de atención y, en consecuencia, requerir con menos frecuencia de las UCI.

Los otros dos temas sobre los que profundiza el Atlas de variaciones geográficas en salud ya habían tenido divulgación previa. El primero que se dio a conocer fue el relacionado con la “epidemia” de cesáreas en el país –cuyo aumento ha sido de 25 a 46 por ciento entre 1998 y 2014–, y el contraste entre departamentos: mientras se multiplicó dos o tres veces en la región Caribe, aumentó levemente en Antioquia y el Eje Cafetero.

Según el ministro de salud, Alejandro Gaviria Uribe, el fenómeno puede obedecer a cierto “contagio social”. “Acá tenemos una retroalimentación positiva en tres aspectos: las preferencias de las mujeres, las aspiraciones y las prácticas clínicas”, comentó a manera de hipótesis.

El otro tema fue el de integralidad en la atención a pacientes con VIH. Como lo evidenció el atlas, existe una alta concentración de servicios en pocas ciudades, lo que genera a los pacientes la necesidad de realizar muchos desplazamientos para recibir atención.

Las conclusiones arrojadas por el Atlas de variaciones geográficas en salud serán de gran utilidad para orientar acciones hacia la equidad. “Como sociedad hemos decidido que las desigualdades en salud son intolerables –comentó el ministro–. El atlas apunta a diseñar mejores políticas públicas para cerrar las brechas territoriales y geográficas, tanto en resultados en salud como en acceso”.

El primer esfuerzo de esta índole se llevó a cabo en 2008, cuando el Ministerio de la Protección Social y el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) construyeron el Atlas de salud. En este libro se presentaron 175 mapas con características del sistema de salud y el estado de salud de la población colombiana, incluyendo información sobre salud sexual y reproductiva, mortalidad y lesiones por causa externa, y enfermedades transmitidas por vectores, entre otras.

El Atlas de variaciones geográficas en salud comenzó con un estudio piloto que se puso en marcha en 2015, y contó con el apoyo técnico y financiero del Banco Mundial.