Internacional

EEUU impone nuevas sanciones a Corea del Norte

— El Departamento del Tesoro de Estados Unidos impuso nuevas sanciones a dos importantes funcionarios de República Popular Democrática de Corea (RPDC) por su presunta participación en el programa de misiles balísticos del país.

Por consiguiente, cualquier propiedad o interés de las personas designadas en Estados Unidos será bloqueado y se prohibirá a los estadounidenses realizar transacciones con estas personas, indicó el departamento.

En el comunicado el Departamento del Tesoro identifica a los funcionarios sancionados como Kim Jong Sik y Ri Pyong Chol, quienes son «líderes clave de los ilegales programas de armas de Corea del Norte».

«Kim Jong Sik, presuntamente es una figura clave en el desarrollo de los misiles balísticos de Corea del Norte, incluidos los esfuerzos para cambiar de combustible líquido a sólido; y Ri Pyong Chol es presuntamente un funcionario clave del desarrollo de misiles balísticos intercontinentales de Corea del Norte», afirma el Departamento del Tesoro estadounidense.

«El (Departamento) del Tesoro está castigando a los líderes de los programas de misiles balísticos de Corea del Norte, como parte de nuestra campaña de máxima presión para aislar a la DPRK (Corea del Norte) y lograr una Península Coreana totalmente desnuclearizada», dijo el secretario del Tesoro Steve Mnuchin.

«Esas acciones siguen a la Resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el viernes, que impusieron fuertes nuevas sanciones a Corea del Norte, limitando más su capacidad para recaudar fondos ilícitos», añadió.

Las tensiones en la península de Corea han alcanzado este año un nivel sin precedentes por los lanzamientos de misiles balísticos y los ensayos nucleares de RPDC y por los ejercicios militares conjuntos de Estados Unidos y República de Corea.

La crisis también ha empeorado por el intercambio de insultos personales y la retórica beligerante de los líderes de Estados Unidos y RPDC.

La administración del presidente Donald Trump se ha apegado a la estrategia de «maximizar la presión» sobre RPDC para obligarlo a abandonar sus programas de armas, pero hasta ahora no ha logrado su objetivo.

INCERTIDUMBRE SOBRE DIALOGOS CON COREA DEL NORTE

— Las incertidumbres pesan sobre las perspectivas de diálogo con Corea del Norte el próximo año respecto a su programa nuclear en rápido progreso, ya que Pyongyang está dispuesto a llevar a cabo su expansión militar, y Washington a impedirlo bajo su campaña de «máxima presión».

Algunos observadores pronostican cuidadosamente un cambio en la confrontación nuclear, ya que el presidente Donald Trump podría buscar un golpe diplomático antes de las elecciones parciales de noviembre, con el líder norcoreano, Kim Jong-un, cada vez más cauteloso ante el empeoramiento de la angustia económica.

Pero sigue habiendo un pesimismo predominante sobre un posible avance desde el punto muerto actual, a medida que Pyongyang redobla su armamento nuclear para asegurar la supervivencia del régimen y fortalecer su poder negociador con EE. UU. o Corea del Sur en el futuro.

La atención se centra ahora en el próximo discurso de Año Nuevo de Kim, que probablemente podría servir como indicador de la postura política del país aislado sobre sus relaciones exteriores, incluidas aquellas con Seúl y Washington.

Cho Sung-ryul, investigador principal del Instituto para la Estrategia de la Seguridad Nacional, anticipó que Kim podría ofrecer un mensaje positivo en respuesta a los continuos esfuerzos de Seúl para promover unos lazos amistosos interfronterizos.

Cho dijo que, dado que el presidente surcoreano, Moon Jae-in, envió una señal positiva al Norte, podría haber un mensaje positivo en el discurso de Año Nuevo del Norte, añadiendo que cree que también podría haber contacto intercoreano a tiempo para las Olimpiadas Invernales de PyeongChang, en referencia a la propuesta de Moon a EE. UU. de posponer las maniobras militares conjuntas entre Seúl y Washigton hasta después de los juegos, que se celebrarán del 9 al 25 de febrero, con el fin de relajar las tensiones de las maniobras que Pyongyang ha denunciado como un «ensayo para una guerra de invasión» en su contra.

El investigador también apuntó la posibilidad de que el Norte podría utilizar las Olimpiadas para reanudar su ofensiva de paz «engañosa», dado que hasta la fecha no ha mostrado la voluntad de retroceder en su programa nuclear, pese a las paralizantes sanciones internacionales.

Pero al no haber habido un impulso para el diálogo transfronterizo, Cho dijo que el país está en un momento crucial para generar el impulso de restaurar los diálogos intercoreanos.

Desde que Moon asumió el cargo en mayo, el presidente liberal ha reflejado repetidamente su deseo de mantener diálogos intercoreanos y la reconciliación.

Su Gobierno ha aprobado la asistencia humanitaria para los ciudadanos norcoreanos en situación de pobreza pese a las duras críticas de los conservadores, y ha realizado una serie de propuestas de diálogo para reducir las tensiones militares y abordar uno de los dos temas humanitarios más apremiantes del país, relacionado con las familias separadas al terminar la Guerra de Corea (1950-53).

Asimismo, Cho también ha aclarado que no se buscará ninguna reunificación forzada de la península coreana o un cambio de régimen, para ayudar a asentar la base para la reconciliación con el vecino aislado.

Pero Pyongyang ha respondido únicamente con incesantes provocaciones, como su sexto y más potente ensayo nuclear del 3 de septiembre y una serie de lanzamientos de misiles, incluido el ensayo de un nuevo misil balístico intercontinental (ICBM, según sus siglas en inglés), llamado Hwasong-15, el 29 de noviembre.

Pese a tales provocaciones, algunos observadores aún no descartan la posibilidad de los diálogos entre Washington y Pyongyang debido, en parte, a los factores políticos domésticos.

Washington ha estado bajo una creciente presión para prevenir la hipótesis del Norte de cruzar la línea roja de adquirir plena capacidad para cargar una ojiva nuclear en un misil capaz de atacar el territorio continental de EE. UU.

De este modo, EE. UU. podría tener que reforzar las medidas diplomáticas para prevenir la crisis, lo que podría poner a sus propias ciudades en riesgo, y podría llevar el péndulo político nacional a favor de los opositores de Trump antes de las elecciones de noviembre, dijeron los observadores.

Las políticas nacionales podrían tampoco ser favorables para el líder norcoreano el próximo año, ya que su aventura nuclear ha encaminado a unas sanciones globales más duras que han empeorado el sufrimiento económico para los norcoreanos en hambruna.

A mediados de los años noventa, el Norte sufrió una seria crisis de alimentos tras la muerte del exlíder Kim Il-sung, pero algunos pronostican que la situación económica del Norte, en algunos casos, podría ser peor que aquello, dijo el ministro de Unificación surcoreano, Cho Myoung-gyon, durante un foro en octubre.

Kim Dong-yup, profesor del Instituto de Extremo Oriente de la Universidad Kyungnam, predijo que el próximo año será una dura prueba para el liderazgo del dirigente dinástico que, hasta la fecha, se ha centrado únicamente en el refuerzo nuclear.

Kim apuntó que el próximo año será un período de suma importancia para el líder norcoreano, ya que podrían presentarse dudas sobre su liderazgo si no ofrece a sus ciudadanos algo nuevo.

El pasado viernes, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) aprobó unas endurecidas sanciones contra el Norte por su última provocación de un ICBM el pasado mes. El CSNU implementó restricciones en las importaciones de petróleo crudo y congeló fuentes clave de ingresos, sospechosas de financiar los programas de armas del país comunista.

La resolución elaborada por EE. UU. busca reducir las exportaciones de productos de petróleo refinado en un 89 por ciento. El CSNU impuso un límite anual de 2 millones de barriles en septiembre, y la nueva resolución urge una reducción adicional a 500.000 barriles.

Mientras que muchos esperan que tales sanciones harán que el régimen sea forzado a negociar, otros cuestionan su eficacia, reforzando las especulaciones de que la confrontación nuclear se prolongará aún más.

El Norte sabe cómo eludir las sanciones, dijo Robert Gallucci, un exnegociador nuclear de EE. UU., en un foro ante la Asamblea Nacional de Seúl la semana pasada, señalando que las sanciones no causarán tanto daño como para que el Norte abandone sus armas nucleares ni un desplome del régimen.

Ante la retórica de EE. UU., queda poco claro si Washington podría ajustar su dura postura mantenida hasta ahora contra Pyongyang, y extender una rama de olivo al país comunista.

En su nuevo documento de estrategia de seguridad, EE. UU. considera al Norte como un Estado «malvado», con Trump prometiendo alcanzar la desnuclearización y prevenir que el Norte amenace al mundo.

Washington incluso ha mencionado las opciones de «imponer» la desnuclearización. (Información de agencias Xinhua y Yonhap).