–En cumplimiento de una orden ejecutiva del presidente Donald Trump, el gobierno de los Estados Unidos impuso una sanción a la vicepresidenta de Nicaragua Rosario Murillo, esposa de Daniel Ortega y al secretario personal de este, Néstor Moncada Lau.
Con esta medida, las propiedades de los dos funcionarios nicaraguenses en EE.UU. quedan congeladas y se prohíbe a los ciudadanos y empresas estadounidenses mantener cualquier tipo de relación comercial con ellos.
La orden ejecutiva del presidente declara una emergencia nacional como consecuencia de la “respuesta violenta” del gobierno de Nicaragua a las protestas que comenzaron en abril de este año en el país. Desde entonces, más de 300 personas han sido asesinadas, según cifras de la OEA.
En el comunicado, el secretario del Departamento de Tesoro explicó que el objetivo de la medida es “asegurar que las personas relacionadas con el régimen de Ortega no puedan acceder al sistema financiero de Estados Unidos para enriquecerse a costa del pueblo nicaragüense”.
Rosario Murillo, la vicepresidenta del país y esposa de Daniel Ortega, ha sido sancionada por EE.UU. por ser, según el Tesoro, “una líder con acceso e influencia sobre la juventud del Frente Sandinista de Liberación Nacional (…) y la Policía Nacional nicaragüense”.
Según el gobierno estadounidense, tanto el FSLN como la policía han estado involucrados en abusos de derechos humanos a través de las “patrullas de la muerte”, acusadas de cometer asesinatos extrajudiciales, torturar y secuestrar civiles.
Por su parte, Néstor Moncada Lau, ha sido descrito por el Tesoro de EE.UU. como el consejero de seguridad nacional del presidente Ortega. Moncada ha pagado, chantajeado y extorsionado a personas para que contrarresten las protestas y demuestren apoyar al gobierno de Nicaragua.
Las sanciones vienen menos de un mes después de que el asesor de seguridad nacional, John Bolton, dijera en Miami que el país centroamericano sentiría “todo el peso del régimen robusto de sanciones de Estados Unidos”.
El gobierno nicaragüense no tardó en responder. Aseguró que rechazaba las medidas y que se trataba de “la continuidad histórica de la injerencia y la política intervencionista de la potencia imperial norteamericana».
«Proclamamos que no nos vendemos ni nos rendimos, y que exigimos patria libre, con las banderas y el corazón en alto”, se lee en el comunicado en respuesta.
Se trata de la tercera ronda de sanciones que Estados Unidos impone contra Nicaragua. La última de ellas fue anunciada en junio de este año contra el comisionado de la policía de Nicaragua, el secretario del alcalde de Managua y el presidente de Petronic, una empresa petrolera vinculada a PDVSA, la petrolera estatal de Venezuela. (Información Voz de América).