Trump intentó obstruir investigación sobre injerencia rusa en su elección
El informe del fiscal especial Robert Mueller sobre el papel de Rusia en la elección presidencial estadounidense de 2016 detalló una serie de acciones del presidente Donald Trump para impedir la pesquisa, generando dudas sobre si cometió el crimen de obstrucción a la justicia.
El informe de Mueller sobre su investigación respecto a la interferencia rusa en las elecciones del 2016, publicado el jueves, indica que el presidente Donald Trump buscó forzar su despido.
La versión redactada del reporte de más de 400 páginas divulgado por el fiscal general William Barr explica que en junio del 2017, Trump pidió al consejero de la Casa Blanca, Don McGahn que dijera al entonces fiscal general interino que Mueller debía ser removido de su cargo por conflicto de intereses.
“No obstante, McGahn no llevó a cabo la directiva del presidente y decidió renunciar en vez de desencadenar lo que consideraba como una posible Masacre del Sábado en la Noche (referencia histórica al momento clave que desencadenó el escándalo Watergate)”, dijo el informe, haciendo referencia a los despidos de funcionarios que el presidente Richard Nixon llevó a cabo en octubre del 1973 durante el escándalo Watergate.
Barr concluyó de forma subsiguiente que Trump no se saltó la ley, pero dijo en una conferencia de prensa el jueves que Mueller detalló “diez episodios que implican al presidente y discuten potenciales teorías legales para conectar estas acciones con elementos de un delito de obstrucción”.
En junio de 2017, Trump instruyó al consejero de la Casa Blanca Don McGahn para que dijera al entonces fiscal general que Mueller tenía conflictos de interés y debía ser apartado, señaló el informe.
También dijo que hay “pruebas sustanciales” de que Trump despidió a James Comey de la dirección del FBI en 2017 por su “negativa a asegurar públicamente que el presidente no estaba bajo investigación a nivel personal”.
Mueller citó “algunas pruebas” que sugieren que el mandatario conocía las controvertidas llamadas del ex asesor de Seguridad Nacional Michael Flynn al embajador de Rusia antes de que Trump asumiera el cargo, pero las evidencias “no eran concluyentes” y no podían ser usadas para establecer un intento de obstrucción.
Trump pareció celebrar tras conocerse el informe, diciendo en un evento en la Casa Blanca con soldados heridos del país que “estaba teniendo un buen día”, agregando que “No habla de colusión, ni de obstrucción”.
El reporte afirmó que Trump instruyó a su exjefe de campaña Corey Lewandowski para que pidiera al exfiscal general Jeff Sessions que dijera que la pesquisa era “muy injusta”.
Antes de la publicación del texto, Barr ofreció una conferencia de prensa en el Departamento de Justicia, en la que intentó moldear la narrativa sobre los hallazgos del documento.
El fiscal general fue una de las pocas personas que vio el informe antes de su publicación y en su comparecencia hizo hincapié en que Mueller no concluyó que hubiera colusión entre la campaña de Trump y Moscú.
“El presidente Trump se enfrentó a una situación sin precedentes. Mientras asumía el cargo e intentaba dedicarse a sus responsabilidades como presidente, agentes y fiscales federales estaban escrutando su conducta antes y después de llegar al cargo y la de algunos de sus asociados”, afirmó.
“Al mismo tiempo, hubo una especulación incesante en los medios sobre la culpabilidad personal del presidente. Pese a todo, tal y como dijo desde el principio, en realidad no hubo colusión alguna”, agregó. Poco después, envió el reporte al Congreso.
El informe dijo que el equipo de Mueller no emitió una citación judicial para obligar a que Trump fuera entrevistado por el fiscal especial, ya que habría creado un “retraso sustancial” en una etapa final de la investigación.
Asimismo, indicó que Mueller aceptó un antiguo precepto del Departamento de Justicia que señala que un presidente en ejercicio no puede ser culpado de cargos criminales.
Santa Fe con agencias Reuters y VOA