La primera noticia con algo de sentido en el entorno del Real Madrid en los últimos días surgió nada más arrancar la semana: El club comunicó a James Rodríguez que se queda en el club esta temporada.
El colombiano estaba en la lista negra de Zinedine Zidane y tenía los dos pies fuera del conjunto merengue. El Napoli lo quería cedido, el Atlético de Madrid ponía más de 40 millones de euros sobre la mesa para asegurar su traspaso. La plana mayor miraba hacia Zidane para que decidiera él y el francés lo tenía claro.
En su anterior etapa como técnico, Zizou quedó muy decepcionado con la forma de actuar del colombiano. El técnico contaba con que el internacional cafetero peleara con un puesto con Gareth Bale e Isco, pero en cuanto vio que no iba a ser de la partida, James claudicó. Tanto que hasta Lucas Vázquez le ganó la partida por tener más presencia en el once titular.
Por eso a Zidane no le parecía viable contar con James de cara a esta próxima temporada, tras la vuelta del colombiano al barco merengue. Sin embargo, las circunstancias han hecho cambiar de parecer al club.
La lesión de Marco Asensio, el pobre rendimiento de Kroos y Modric en pretemporada, la más que segura salida de Gareth Bale y la incógnita del rendimiento que ofrecerán Vinicius, Rodrygo y Kubo, han hecho recapacitar a la directiva madridista, y parece que a Zidane también.
Por un lado, es impensable que el Real Madrid pueda ahora mismo (más aún después del contundente 7-3 que le asestaron los rojiblancos en Nueva Jersey) negociar el traspaso de James al Atlético de Madrid. Tras un verano en el que ya le han vendido directamente a Marcos Llorente y en el que no han puesto impedimento alguno al fichaje de Mario Hermoso, jugador por el cual el Real Madrid mantenía una opción de compra de siete millones, los aficionados no entenderían que ahora además le vendieran al colombiano.
Por otro, vender a un jugador del talento de James Rodríguez por apenas 40 millones de euros, a sus 28 años, dejando a un Real Madrid obviamente falto de directores de orquesta, sería un error mayúsculo. Lo único parecido al cafetero en el mercado es el holandés Donny Van de Beek, en lo que a perfil futbolístico se refiere. El mediocampista de 22 años, para empezar, cuesta 50 millones de euros y con sólo dos temporadas profesionales en el Ajax su fichaje sería una apuesta (otra más) por un jugador joven del que no se sabe muy bien cómo acabará rindiendo. El nivel de James está más que probado en el fútbol europeo y al más alto nivel.
Manteniendo a James en el equipo, Zidane se asegura un verdadero capitán en el medio sector. El colombiano ha demostrado en el Bayern de Múnich que puede esforzarse como el que más y que ya no es simplemente un mediapunta al uso. Tanto Ancelotti como Heynckes le utilizaron como interior e, incluso, en algún partido hizo funciones de doble pivote junto a Thiago Alcántara.
Con la llegaba de Paul Pogba bastante avanzada, aunque para nada confirmada, la noticia de que James se queda en el equipo podría finalmente darle al grupo ese lavado de cara que no ha hecho todavía y que tanto le reclaman sus aficionados. Con el francés en el medio junto a Casemiro y Hazard fijo en la mediapunta, Zidane podría apostar con Vinicius en su posición natural por la izquierda y James en la derecha, como ya lo utilizaron Ancelotti y el propio Zizou en los tres años que el colombiano pasó en el Real Madrid.
Obviamente, para eso el entrenador francés tendrá que darle la oportunidad de volver a demostrar su talento sobre el campo y olvidar las antiguas cuitas que existían entre los dos. A la vez, James tendrá que poner de su parte y entender mejor su rol en el equipo, para así intentar volver a deslumbrar a la afición como hizo en sus primeros 18 meses en Madrid.
De cualquier manera, y tras ver la pobre imagen que ha dado el Real Madrid en pretemporada, la vuelta de James es un grandísima noticia. Un jugador que atesora un talento impresionante, que tiene una zurda mágica y que cuenta con el bien más preciado y del que carece el conjunto merengue ahora mismo: gol.