–Los niveles de ruido ambiental en la capital de la República han disminuido entre un 65 y 75 por ciento en el día, mientras que en la noche la reducción ha alcanzado hasta un 95 por ciento en varios puntos de la ciudad.
Según la Secretaría de Ambiente, las emisiones generadas al interior de la ciudad han disminuido considerablemente, lo que ha permitido que la calidad de aire mejore, a pesar de la fuerte afectación ocasionada por los incendios forestales y quemas agrícolas del norte y oriente del país y Venezuela.
Estas han sido algunas de las consecuencias que ha generado la cuarentena por la vida para frenar la expansión del Covid-19. Paradójicamente, mientras el mundo se detiene y se confina, el ambiente retoma parte de su espacio, inhala un poco de tranquilidad y busca recuperarse de la actividad humana.
En muchas ciudades del mundo se evidencian cambios positivos que ha traído esta contingencia para el ambiente: animales silvestres caminando por aceras y calles, recuperación de ecosistemas, cantar de aves que parecen sonar más fuerte, fuentes de agua, mejor calidad del aire y tranquilidad para la fauna son algunos de los alivios que se han podido notar a nivel mundial.
Colombia no ha sido la excepción para ver el impacto positivo de la cuarentena. Así como las aguas en Venecia, Italia, se ven más cristalinas y las playas en Cartagena están más limpias, en Bogotá también se pueden observar varios beneficios.
La significativa diminución del tráfico vehicular y aéreo, la reducción de la actividad industrial y el trabajo desde la casa han generado un cambio en el ambiente de la ciudad. Bogotá está evitando diariamente la emisión de cerca de 12 mil toneladas de dióxido de carbono por la salida de circulación de la gran mayoría de la flota, lo que se convierte en un descenso transitorio, pero significativo, en la generación de gases efecto invernadero.
Las emisiones por fuentes locales (vehículos particulares, motos e industrias) han disminuido considerablemente. Hoy la calidad del aire es buena, pero en días pasados se ha visto afectada por el arrastre de material particulado (PM) producto de los incendios forestales, quemas agrícolas en varias regiones del país y el arrastre de los vientos.
Se estima que el aporte de partículas provenientes de estos incendios durante los últimos 15 días estuvo entre 20 y 25 microgramos por metros cúbico de PM, cifra altamente significativa que deteriora las condiciones atmosféricas de Bogotá y que no nos ha permitido gozar en pleno de un aire limpio en estos tiempos donde las calles lucen prácticamente vacías.
Sin embargo, las medidas restrictivas a la movilidad tomadas por el Distrito y el Gobierno Nacional evitaron que el promedio de contaminantes (PM) no se hubiera incrementado entre 10 y 12 microgramos metro cúbico en la media móvil, situación que hubiera sido peor para la salud de los ciudadanos, en especial de niños, niñas y adultos mayores, población más vulnerable ante estos episodios de contaminación.
Menos ruido: más tranquilidad para humanos y animales
Otro de los factores positivos del aislamiento ha sido el mejoramiento del paisaje sonoro de la ciudad. Los datos arrojados por la Red de Monitoreo de Ruido Ambiental de Bogotá (RMRAB) han mostrado una disminución de 5 y 10 decibles (dB) en horarios diurnos, mientras que en el período nocturno la reducción está entre los 10 y 15 dB.
Es de resaltar que en los sectores como la Zona Rosa, Universitaria, Restrepo, Calle 116 y Modelia, entre otros, asociados a la rumba y el esparcimiento, el descenso ha sido de hasta 20 decibeles entre las 9:00 p.m. y las 7:00 a.m., los viernes y sábados, días en los que se presenta una mayor actividad.
La diminución de personas en las calles también ha servido para que los animales se sientan más cómodos y puedan salir a merodear, buscar alimento y observar la ciudad. El cantar de las aves endémicas y migratorias en las mañanas suena con mayor fuerza, o el avistamiento de algunos zorros perrunos y ardillas cerca a los cerros orientales, son casos donde la fauna se ha aventurado y ha salido a las calles que en su mayoría se encuentran sin humanos.
Si llega a encontrarse con algún animal silvestre desorientado, perdido o en riesgo, comuníquese de inmediato a las líneas celulares 3188277733, 3183651787, 3187125560 o 3182616876. Un equipo interdisciplinario de biólogos, veterinarios y zootecnistas de la Secretaría de Ambiente está disponible para atender cualquier emergencia que se pueda presentarse con la fauna de la ciudad.
Un respiro para los humedales y parques ecológicos
Humedal Santa María del Lago.
Las actividades que se realizaban en los 15 humedales de la ciudad y en los parques Distritales de Alta Montaña fueron suspendidas por la emergencia. Estos espacios naturales donde se realizaban recorridos interpretativos y que son hábitat permanente y transitorio de aves acuáticas, endémicas, migratorias, mamíferos y de un importante número de especies vegetales, también descansan por estos días del ruido y movimiento urbano.
Es el momento para hacer un alto en el camino y pensar: ¿seguiremos generando un impacto negativo e insostenible con nuestros ecosistemas? Esta es una buena oportunidad para entender que debemos cambiar nuestros hábitos para mitigar el cambio climático, nos debemos unir y trabajar en torno a un nuevo contrato social y ambiental que nos lleve a alcanzar la sostenibilidad para Bogotá.
La Administración de la alcaldesa Claudia López hace un llamado a todos los ciudadanos para que reflexionen durante esta época de cuarentena sobre el impacto del ser humano en el ambiente y comencemos a adquirir hábitos más respetuosos sobre los elementos de la Estructura Ecológica Principal de la ciudad.
Esta coyuntura puede representar también una nueva oportunidad para cambiar nuestros hábitos: reciclar mejor desde nuestras casas, consumir solo los alimentos que necesitamos, limitar el uso de elementos electrónicos, disminuir los plásticos de un solo uso y hacer una sustitución progresiva, fomentar el ahorro de energía y utilizar solo el agua necesaria para bañarnos y hacer aseo.
El llamado es a repensar nuestras rutinas, a escuchar música a un volumen moderado, a cambiar nuestras maneras de consumir y generar de residuos… De esta manera podremos darle un respiro profundo a nuestro planeta, comenzando desde nuestros hogares. (Informe y foto Secretraría de Ambiente).