La crisis de COVID-19 es la última llamada de atención para una Fórmula Uno “poco saludable” que corre el riesgo de perder equipos a menos de que se realicen cambios drásticos en la categoría, advirtió el miércoles el director de McLaren, Andreas Seidl.
“No es miedo, creo que es la realidad”, dijo Seidl a periodistas en una videoconferencia. “Existe un gran riesgo de que perdamos equipos por esta crisis”.
“Creo que la crisis en la que estamos ahora es, digamos, la última llamada de atención (…) para un deporte que antes era insalubre y no sostenible, y ahora ha llegado a un punto en el que necesita cambios drásticos”, agregó.
Pero su evaluación no es tan dramática como para prever la desaparición de la categoría. “No veo ninguna señal de que la F1 no vaya a existir para el próximo año (…) El mayor riesgo que veo es que perderemos equipos si no tomamos medidas ahora”.
McLaren es uno de los cinco equipos con base en Gran Bretaña que ha suspendido al personal en respuesta a la pandemia que ha paralizado la temporada.
El Gran Premio de Australia, que debía dar el puntapié inicial a la temporada el 15 de marzo, fue cancelado después que un miembro de McLaren dio positivo por el virus en Melbourne. La carrera en Mónaco también fue eliminada del calendario, mientras que otras siete pruebas han sido aplazadas. Reuters