El Papa reza por enfermeros y enfermeras, ejemplo de heroicidad en la lucha contra el Covid-19
–Con motivo de la Jornada de la Enfermería, que se celebra este martes 12 de mayo, el Papa Francisco ofreció la Misa celebrada en Casa Santa Marta por los enfermeros y enfermeras que, este período de pandemia de coronavirus, “han dado un ejemplo de heroicidad y algunos han dado la vida”.
“Hoy es el día de las enfermeras. Ayer envié un mensaje. Recemos hoy por los enfermeros y enfermeras, hombres, mujeres, muchachos y muchachas que tienen esta profesión, que es más que una profesión, es una vocación, una dedicación. Que el Señor los bendiga», expresó el Pontífice y agregó:
«En esta época de la pandemia han dado ejemplo de heroísmo y algunos han dado su vida. Recemos por las enfermeras y los enfermeros».
El Papa Francisco consideró «importante reconocer efectivamente el papel esencial que desempeña esta profesión para la atención al paciente, para la actividad de emergencia territorial, la prevención de enfermedades, la promoción de la salud, la asistencia en el sector familiar, comunitario y escolar».
El papa señaló que «los enfermeros y enfermeras, así como las comadronas, tienen derecho y merecen estar más valorados e involucrados en los procesos que afectan a la salud de las personas y de la comunidad».
E instó a «mejorar sus condiciones de trabajo y garantizar sus derechos para que puedan llevar a cabo su servicio con plena dignidad».
El papa Francisco afirmó que la pandemia «ha evidenciado muchas deficiencias en la atención sanitaria» en algunos países y ante ello exhortó a los gobernantes «a que inviertan en sanidad, como bien común primario, fortaleciendo las estructuras y designando más personal de enfermería».
Desde el inicio de la pandemia, el Santo Padre ha ofrecido la Misa celebrada en Santa Marta en varias ocasiones por el personal sanitario que hace frente a la COVID 19.
Así, en estos meses, ha pedido rezar por las personas que están al servicio de los discapacitados, sobre todo con aquellos que han contraído la enfermedad causada por el coronavirus.
Pidió rezar también por los farmacéuticos, “que trabajan mucho para ayudar a los enfermos a salir de la enfermedad”.
Asimismo, pidió rezar por los médicos “que están al límite de trabajo” ante las dimensiones de la pandemia que ha desbordado las estructuras sanitarias de muchos países. “Están dando hasta la propia vida para ayudar a los enfermos”, subrayó el Papa.
Durante la Misa celebrada en Casa Santa Marta este martes 12 de mayo, el Papa Francisco contrapuso la paz del mundo a la paz del Señor. Mientras que la paz del mundo es una paz narcisista, que mira a uno mismo y que es provisional y estéril, la paz del Señor es gratuita que te permite comenzar a vivir el cielo, señaló.
En su homilía el Santo Padre explicó que “el Señor, antes de marcharse, saluda a los suyos y les entrega el don de la paz, la paz del Señor. ‘Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo’. No se trata de la paz universal, esa paz sin guerra que todos nosotros gozamos, que siempre hubo, sino la paz del corazón, la paz del alma, la paz que cada uno de nosotros tiene dentro de nosotros”.
En el Evangelio, el Señor subraya que no da la paz como la da el mundo. Entonces, se preguntó el Papa, “¿cómo da el mundo la paz y cómo la da el Señor? ¿Son paces diferentes? Sí. El mundo te da la paz interior, la paz de tu vida, el vivir con el corazón en paz. Te da la paz interior como una posesión tuya. Como una cosa tuya que te aísla de los demás, que te mantiene en ti. Es una adquisición tuya: ‘Tengo la paz’. Y tú, sin darte cuenta, te cierras en esa paz”.
“Es una paz un poco para ti, para cada uno. Es una paz sola. Es una paz que te hace tranquilo, también feliz. Y en esa tranquilidad, en esa felicidad, te adormeces un poco, te anestesia, y te hace quedarte contigo mismo en una cierta tranquilidad. Es un poco egoísta. La paz para mí, cerrada en mí. Así la da el mundo. Es una paz costosa porque tú debes cambiar continuamente los instrumentos de paz. Primero te entusiasma una cosa, te da paz una cosa. Luego se termina y debes encontrar otra… Es costosa, porque es provisional y estéril”.
En cambio, “la paz que da Jesús es otra cosa. Es una paz que te pone en movimiento, no te aísla, te hace ir donde los demás, crea comunidad, crea comunicación. La del mundo es costosa, la de Jesús es gratuita, es gratis, es un don del Señor. La paz del Señor. Es fecunda, te lleva siempre adelante”.
“La paz del Señor es abierta adonde Él ha ido, abierta al cielo, abierta al paraíso. Es una paz fecunda que se abre y que trae a otros contigo al paraíso”, insistió Francisco.
Por ello, el Papa invitó “a pensar un poco en cuál es mi paz: ¿Dónde encuentro yo paz? ¿En las cosas, en el bienestar, en los viajes (aunque hoy no se puede viajar), en las posesiones, en tantas cosas…? ¿O encuentro la paz como don del Señor? ¿Debo pagar por la paz o la recibo gratis del Señor? ¿Cómo es mi paz?”.
“Cuando me falta algo, ¿me enfado? Esa no es la paz del Señor. Esa es una de las pruebas. ¿Estoy tranquilo en mi paz, me adormezco? Esa no es la paz del Señor. ¿Soy feliz y quiero comunicarla a los demás y llevar adelante algo? Esa es la paz del Señor”.
“Incluso en los malos momentos en las dificultades, ¿permanece en mí esa paz? Esa es la paz del Señor. Y la paz del Señor es fecunda también para mí, porque está llena de esperanza, es decir, mira al cielo”.
“La paz que nos da Jesús es una paz para ahora, y para el futuro. Es el comenzar a vivir el cielo, con la fecundidad del cielo. No es anestesia. La otra sí: te anestesias con las cosas del mundo, y cuando la dosis de esta anestesia se termina, tomas otra y otro. Esta es una paz definitiva, fecunda y contagiosa, no es narcisista porque siempre mira al Señor. La otra mira a ti y es un poco narcisista”.
El Papa Francisco finalizó su homilía pidiendo “que el Señor nos de esta paz llena de esperanza, que nos hace fecundos, que nos hace comunicativos con los demás, que crea comunidad y que siempre mira la definitiva paz del paraíso”. (Información Aciprensa).