Brasil enfrenta segunda ola de contagios a un año de primer caso de Covid-19 en América Latina
— Brasil enfrenta una segunda ola de contagios del nuevo coronavirus, que incluso puede ser mayor a la primera con las variantes del virus, los colapsos sanitarios y la falta de paciencia de la población ante las medidas restrictivas, a casi un año de confirmarse el primer caso en América Latina, el 26 de febrero de 2020.
“Un año después del primer caso tenemos una segunda ola muy importante en gran parte de Brasil”, dijo a Xinhua el coordinador del Comité de Contingencia COVID-19 del estado de Sao Paulo, Paulo Menezes.
El estado de Sao Paulo registró de manera oficial el primer caso de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19) en América Latina, un brasileño de Sao Paulo que viajó a Italia, además de ser la localidad más golpeada del país sudamericano por la pandemia.
Brasil salía en aquel entonces del período de Carnaval y en ese momento la COVID-19 era un asunto externo, hasta que el 26 de febrero una segunda prueba a cargo del Instituto Adolfo Lutz de Sao Paulo confirmaba el primer caso en la nación sudamericana y en América Latina.
Se trataba de un hombre de 61 años de clase media alta que pasó sus vacaciones de invierno en el norte de Italia, en un contexto en que en el mundo se miraba con asombro el colapso en los hospitales de la región de Lombardia, precisamente en el norte italiano.
“Aquel primer diagnosticado se recuperó bien, mientras que los casos se repetían con gente que principalmente llegaba de Europa y de Estados Unidos”, comentó el también profesor de la Universidad de Sao Paulo (USP) y consejero del gobierno estatal.
Menezes, médico de profesión, siguió de cerca el caso porque en ese momento la nación sudamericana entraba al mapa mundial de la pandemia.
A casi un año de cumplirse la fecha, Brasil ha superado los 10 millones de casos confirmados de la COVID-19 desde el inicio de la pandemia en su territorio, ubicándose como el tercero del mundo después de Estados Unidos e India con más contagios, así como el segundo en cuanto a muertes con alrededor de 250.000, solamente superado por Estados Unidos.
“A esta parte de Brasil el virus llegó por los aeropuertos con personas de clase media alta retornando de viajes de Europa y Estados Unidos”, dijo el entrevistado.
“El virus entra a Sao Paulo por sus aeropuertos y a partir de allí entramos en transmisión comunitaria, con el virus circulando en las áreas ricas”, explicó.
Agregó que luego tuvo mayor velocidad de expansión en las regiones más “populosas y pobres”, para finalmente propagarse a todo Brasil, donde Sao Paulo fue el primer estado en entrar en cuarentena, el 26 de marzo de 2020, con suspensión de clases y actividades no esenciales.
El médico comentó que a un año del inicio de la pandemia en América Latina, la COVID-19 replicó las desigualdades sociales.
“Esta cuestión de las desigualdades quedó bien demostrada, tanto entre países como dentro de cada país. En Brasil fue evidente: los que más sufrieron y sufren por pérdida de vidas e impacto de sus vidas son los más pobres”, dijo.
La situación se dio de esa manera, sobre todo, porque según estimaciones, no más del 20 por ciento de la población brasileña puede llevar a cabo el llamado “home-office” o “trabajo en casa”, por lo que la adhesión al confinamiento ha sido para una minoría.
Para el profesor, el virus avanzó en el país porque muchas personas no tuvieron condiciones para quedarse en aislamiento debido a su situación precaria o falta de opciones económicas.
A pesar de ello, la curva de contagios en Sao Paulo “nunca tuvo picos dramáticos como Nueva York o el norte italiano”, regiones demográficamente parecidas, según la consideración del experto.
Para diversos especialistas, la segunda ola de contagios está relacionada con las elecciones municipales de noviembre pasado, las fiestas de Fin de Año y las aglomeraciones en playas durante las vacaciones de enero.
“Para mí, el principal factor por el cual no se respetan normas sanitarias es el cansancio de la población. Un año después estamos en cuarentena, existe desinformación en todo Brasil y hubo un momento en el cual la población se relajó”, agregó.
Respecto al tema de la vacunación contra la COVID-19, la Constitución brasileña garantiza el Sistema Unico de Salud (SUS) mediante el acceso universal a la vacuna, según recordó el entrevistado.
“En Brasil va a prevalecer el concepto de las vacunas para toda la población”, comentó, aunque lamentó que “no hubo acción coordinada a nivel federal”.
Existen, no obstante, expectativas positivas en cuanto a lograr una inmunidad colectiva a medida que avance la vacunación en Brasil.
Menezes afirmó en ese sentido que sin el acuerdo entre el estado de Sao Paulo y el laboratorio chino Sinovac para adquirir la vacuna CoronaVac, “Brasil todavía estaría esperando para iniciar su vacunación”.
“La CoronaVac desarrollada por Sinovac y su alianza con el Instituto Butantan de Sao Paulo fue una exitosa solución que no sólo es un modelo para Brasil, sino para el mundo”, consideró.
“La alianza con China fue una lectura muy correcta del gobernador paulista, Joao Doria, para invertir en la producción de una vacuna”, agregó el experto.
Según Menezes, es posible que en dos o tres meses la población más vulnerable de Brasil ya haya recibido la vacuna, lo que posibilitará una caída en los contagios, las hospitalizaciones y los fallecimientos.
“Vamos a tener que cuidarnos igual, vamos a tardar un tiempo para tener una cobertura de vacuna para generar la inmunidad de rebaño”, subrayó el académico. (Información y foto Agencia Xinhua).