A los 11 años de edad Carolina Páramo terminó en las calles del barrio Libertadores, arriba del 20 de Julio, en el oriente bogotano, donde la sedujeron vicios como el cigarrillo, la marihuana y el pegante y, aunque no le gustara mucho, dormía en los fríos andenes.
Luego de un par de meses, tuvo la fortuna que unos familiares se enteraran de que había un sitio donde ayudaban a los niños y jóvenes a rehabilitarse, a estudiar. Se trataba del Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud, Idipron, donde no tendrían que pagar nada. “Ellos averiguaron y como todo es gratis, de una, me internaron”, recuerda Carolina quien agradece que la vida le haya puesto esa opción para reorientar su vida.
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Foto: Elías Villamil
“Usted puede, así sea solo pero puede”
“Yo prácticamente nací con Idipron. Me gustó mucho porque fue un cambio para mi vida y he cambiado mi forma de hablar, de vestir y todo eso. Les agradezco mucho porque si no fuera por ellos, no habría esta oportunidad, este aliento. Digamos, si uno no tiene la familia, son ellos los que están ahí, los que dicen usted puede así sea solo, pero puede”, cuenta mientras sostiene un letrero en el que se puede leer ¡Es violencia! Si te cela o te dice cómo vestirte.
Enfundada en un traje blanco, que más parece de salud, según le han dicho, Carolina es uno de los 300 jóvenes esparcidos por la ciudad en el marco del convenio entre Idipron y la Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia para orientar y sensibilizar a la ciudadanía, sobre seguridad personal en transporte público y ciclorrutas, dando cumplimiento al plan de seguridad de la secretaria y sus estrategias, “Transporte Público” y, “En bici nos cuidamos”.
“En la época de antes había mucho machismo y trataban a la mujer como quisiera. Pero hoy la respaldan más, porque hay mucho grosero, y hay que respetarse y darse el lugar que uno se tiene que dar”, afirma con seguridad a la vez que agita la paleta de color fucsia para que la vean los ciclistas que en medio de un sol picante pasan por la ciclorruta de la carrera 10 con calle 30, en el Centro Internacional de Bogotá.
Un hincha de Millonarios con más oportunidades
En este grupo de diez jóvenes, también está Alexander Martínez, un hincha de Millonarios, con gorra incluida, quien por hacer parte de una de las barras de la ciudad fue escogido para esta labor cívica en la que los biciusarios son invitados a registrar sus bicicletas en el portal www.registro bicibogota.movilidadbogota.gov. para cumplir los tres pasos previstos, incluida la entrega del sticker respectivo, para generar entornos más seguros.
Foto: Elías Villamil
“La mayoría de biciusuarios no usa el casco, ni su chaleco reflectivo. Ven que está la ciclorruta y van por la calle” se queja Alexander, quien lleva cuatro años en Idipron y hoy en día está haciendo un curso de cocina tras terminar su bachillerato y haber estudiado dos cursos técnicos: uno en recursos humanos y otro en mantenimiento de motos.
Hay varias oportunides para los jóvenes
“Ellos están muy contentos porque antes que darles un incentivo económico, los ayudan a salir de sus problemas, les ayudan a estudiar, a hacer talleres. Hay varias oportunidades para los jóvenes”, dice Julie Pinilla, la orientadora del grupo de Seguridad y Convivencia y encargada de coordinar los horarios y las actividades de los jóvenes que se dividen en dos turnos que copan el día.
En la localidad de Chapinero cuentan con un equipo de jóvenes beneficiarios del convenio, quienes bajo la orientación de un profesional de campo, realizan estas actividades en paraderos de buses, estaciones de Transmilenio y ciclorrutas, también, realizan sensibilización y orientación sobre las diferentes modalidades de hurto y las maneras de solicitar apoyo.
Foto: Elías Villamil
El recorrido diario de los jóvenes se inicia en la calle 34 y va hasta la calle 63, e incluye la Avenida Caracas y las carreras 13 y 11, los sectores con mayor afluencia de ciudadanos durante las horas pico de ingreso a las estaciones de Transmilenio.
Están en la modalidad cuatro por dos
“Son 300 chicos que están en una modalidad cuatro por dos. Cuatro días ejerciendo una labor de carácter social, pedagógica y dos días estudiando en nuestras instituciones”, afirma Carlos Marín, el director del Idipron, al tiempo que agradece generosamente la colaboración de la Secretaría de Seguridad por la confianza depositada en estos jóvenes.
Como las historias de vida de Carolina y Alexander hay cientos. Historias de unos jóvenes que tras superar sus enormes problemas personales y apoyados por Idipron, encontraron nuevas oportunidades laborales y de vida acompañando a los ciudadanos en las distintas ciclorrutas y estaciones de Transmilenio para construir una ciudad más segura, la misma que una vez les mostró su cara más dura pero que hoy les enseña la de la esperanza y la de los sueños posibles.