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50 años de la tragedia de Quebrada Blanca, cuando 500 personas murieron por un derrumbe que arrasó la antigua vía Bogotá-Villavicencio

–El 28 de junio de 1974, una larga fila de vehículos crecía en la antigua vía al Llano, en el sector de Quebrada Blanca del municipio de Guayabetal, en Cundinamarca. Como era común, los constantes deslizamientos solían causar el cierre total o parcial de la vía y ese día no fue la excepción, recuerda el Servicio Geológico Colombiano.

Como consecuencia de la fuerte temporada invernal, hacia la tarde, entre 500 mil y 1 millón de metros cúbicos se desprendieron de la montaña. Este material se deslizó rápidamente y arrastró vehículos, buses, el puente y hasta buldóceres que realizaban el mantenimiento de la vía, a la altura de los kilómetros 72 y 77, provocando alrededor de 500 muertos.

Aquí, en esta simulación, se muestra lo que pudo ocurrir en esa fecha trágica:

Los expertos del Servicio Geológico Colombiano señalan que la tierra y piedra que cayó de la montaña fue algo similar o equivalente a entre 30 mil y 66 mil volquetas doble troque que descargan todo el material al mismo tiempo sobre una carretera colmada de vehículos atrapados en un trancón.

Algo similar vivieron cientos de personas en Quebrada Blanca hace 50 años, cuando un deslizamiento causó la peor tragedia vial del país.

A principios de año se habían detectado anomalías entre Quebradablanca y el sector de Monterredondo, se realizaban obras de estabilización de la montaña que ya presentaba deslizamientos de tierra. Posteriormente se detectó una grieta en la montaña que se acrecentaba con el paso de los días juntándose con el derrumbe existente lo cual movió gran cantidad de tierra.

Días antes a la catástrofe se había dado aviso del inminente derrumbe tanto a las autoridades como a los usuarios de la vía. Numerosos fueron los esfuerzos de los funcionarios directivos y obreros del Distrito 13 de Carreteras y del Ejército Nacional para precipitar la montaña antes de que sucediera el alud natural.

El Ejército Nacional intentó provocar un deslizamiento controlado por medio de chorros de agua a presión. También usaron dinamita para acelerar el movimiento, pero no funcionó.

El cierre de la vía no fue acatado con la debida responsabilidad quizá de quienes en algún momento tuvieron su vida propia y la de otros en sus manos, lo que ocasionó una congestión vial que terminaría acrecentando la tragedia. Pese a las numerosas acciones tendientes a evitar una catástrofe, la imprudencia humana y la misma naturaleza fueron las encargadas de que lamentablemente esa tarde del 28 de junio de 1974, en vísperas de San Pedro, la montaña cayera sobre todas las personas y vehículos que se encontraban en ese tramo de la carretera en Quebradablanca, causando esta gigantesca catástrofe.

La investigación del Grupo de Evaluaciónde Amenaza y Riesgo Geológico del SGC, indica que el evento provocó la destrucción de 700 metros de la vía y obligó la construcción de la variante definitiva de 1,3 km de longitud, con dos túneles y un puente de 117 metros, indemnizaciones a los familiares de las víctimas, la construcción de un puente aéreo para la defensa civil, así como la pérdida de la carga transportada, el área productiva, la cobertura vegetal, y la desvalorización de los predios. En suma, la tragedia dejó un costo estimado en 33,6 millones de dólares.

Monseñor Gregorio Garavito Jiménez, obispo de la Diócesis de Villavicencio desde 1968 hasta el 2 de mayo de 1994, declaró semanas después el sitio de la tragedia como Campo Santo, debido a que pese a los esfuerzos del Ministerio de Obras Públicas, cuerpos de rescate de la Cruz Roja, Bomberos Voluntarios de Villavicencio y Cundinamarca, Defensa Civil y demás espontáneos rescatistas, sólo se lograron recuperar veintisiete cadáveres de los cerca de quinientos estimados.

Tomó entre 4 a 6 meses restablecer la normalidad en la vía al Llano. (Información basada en reporte del Servicio Geológico Colombiano e investigación documental “Quebradablanca, el olvido de una tragedia” realizada por William Mendoza Donado, Geraldine Laura Alejandra Taborda Dávila, Jineth Camila Villagrán Trujillo, Uniminuto).