El Gobierno de Colombia anunció ayer que no responderá a la nueva andanada de insultos lanzados por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en su programa ¡Aló, Presidente!, donde tildó de “mafioso” al Mandatario colombiano y aseguró que no aceptará mediación alguna para superar la crisis.
Fue esa la manera con la que Chávez agradeció que horas antes el gobierno del presidente Álvaro Uribe le entregara a cuatro miembros de la Guardia Nacional de Venezuela, capturados en Colombia con uniformes del Ejército de ese país.
“Uribe lo que es, es un mafioso. Él está moviéndose para ver si habla conmigo. No tengo nada que hablar con el mafioso de Uribe. Ya bastante esfuerzo hicimos nosotros”, aseguró Chávez.
Agregó que: “Podrá pedírmelo el Rey de España, presidentes amigos. No voy a hablar con Uribe, díganle que no hay conversación con Uribe, no hay nada que hablar con ese Gobierno traidor”.
De esta manera, y considerando que el convenio militar entre Bogotá y Washington es “una amenaza directa para Venezuela y la región”, Chávez le cerró la puerta a la mediación de Brasil y a la opinión de analistas internacionales que creen que es la mediación la única salida posible a esta crisis.
No obstante, una misión de diputados brasileños, encabezados por Raúl Jungmann, llegó ayer a Caracas para reunirse con los presidentes de las cámaras de diputados de los dos países, con miembros de las respectivas comisiones legislativas de Relaciones Exteriores y con representantes de los dos gobierno.
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