Radio Santa Fe se solidariza con Haiti y estará permanentemente informando sobre su situación
Miles de personas habrían muerto tras un fuerte terremoto en Haití que destruyó el palacio presidencial, escuelas, hospitales y casas, dijeron el miércoles las máximas autoridades del país, mientras Estados Unidos y otras naciones preparaban operaciones de ayuda.
El cuartel general de Naciones Unidas, un edificio de cinco pisos, fue una de las construcciones derrumbadas por el sismo de magnitud 7,0, el peor en Haití en 200 años, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.
El primer ministro haitiano, Jean-Max Bellerive, dijo a Reuters que miles de edificios habían colapsado en la capital Puerto Príncipe y que se cree que la cifra de víctimas podría ubicarse “en el rango de miles de muertos”.
Añadió que no podía entregar una estimación oficial.
Poco después, sin embargo, Bellerive dijo a CNN que creía que la cifra podría estar sobre los 100.000 muertos.
El presidente Rene Preval dijo al diario Miami Herald que los daños en la capital Puerto Príncipe eran “inimaginables”.
El mandatario describió cómo había caminado sobre cadáveres y oído los gritos de personas atrapadas entre los escombros del Parlamento.
“Hay muchas escuelas que tienen mucha gente muerta dentro”, dijo Preval al diario. “Todos los hospitales están repletos de personas. Es una catástrofe”, añadió.
Escenas de caos se repetían por todas partes en Puerto Príncipe, donde personas sollozaban y caminaban sin rumbo en medio de las ruinas de la empobrecida ciudad.
“Por favor, sáquenme de aquí, me estoy muriendo. Tengo dos niños conmigo”, dijo una mujer a un periodista de Reuters desde los escombros de un jardín de infantes en la capital.
El palacio presidencial estaba en ruinas, con sus cúpulas derrumbadas tras el colapso de las paredes. Preval y su esposa no estaban dentro en el momento del sismo.
LA TIERRA SIGUE TEMBLANDO
El epicentro del sismo estuvo a sólo 16 kilómetros de la capital y a relativamente poca profundidad, lo que aumentó la devastación para los cuatro millones de personas que viven en la ciudad y sus alrededores.
Muchos durmieron en las calles, mientras réplicas de hasta 5,9 de magnitud sacudieron la ciudad en la noche del martes y la madrugada del miércoles.
La devastación golpeó al Gobierno y a las misiones de asistencia y seguridad de la ONU, y no había señales de un rescate organizado.
El portavoz de la Cruz Roja de Haití, Pericles Jean-Baptiste, dijo que la organización estaba sobrepasada.
“Hay tanta gente que necesita ayuda (…) No tenemos equipamiento, no tenemos bolsas para los cuerpos”, dijo el portavoz a Reuters.
Los informes sobre daños fluían lentamente debido a que el país continuaba aislado.
Muchas de las personas que se encontraban en el edificio de la ONU podrían haber muerto.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo que entre los desaparecidos figuraban el jefe de la misión, Hedi Annabi, aunque no confirmó si había muerto.
Ban dijo que entre 100 y 150 personas se encontraban en el edificio en el momento del sismo.
Alrededor de 9.000 policías y tropas de la ONU se encuentran en Haití para mantener el orden, por lo que varios países estaban intentando determinar el estado de su personal.
Brasil, que lidera un contingente de fuerzas de paz de la ONU en Haití, reportó al menos 11 soldados muertos, pero dijo que había muchos desaparecidos y que la cifra de fallecidos podría dispararse a medida que fluyera más información.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo sentirse consternado. “Que Dios dé consuelo a todos en este momento doloroso”, añadió.
LENTA AYUDA
“Apelo al mundo, en especial a Estados Unidos, para que vuelvan a hacer lo que hicieron por nosotros en el 2008, cuando cuatro huracanes golpearon a Haití”, dijo el embajador de Haití en Washington, Raymond Alcide Joseph, a CNN.
El embajador dijo que era imposible estimar la cantidad de víctimas.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, prometió por su parte un “firme apoyo” a Haití y ordenó la entrega de ayuda rápida y de forma coordinada a la empobrecida nación.
“Estamos comenzando precisamente ahora a evaluar la extensión de la devastación, pero los reportes y las imágenes que estamos viendo de los hospitales colapsados, los hogares destruidos y las mujeres trasladando a sus vecinos heridos son realmente desgarradoras”, dijo Obama.
El Ejército de Estados Unidos dijo que estaba enviando a Haití un equipo de evaluación de daños y un avión P3 estaba realizando vuelos de reconocimiento.
Haití, la nación más pobre del hemisferio occidental, no está equipada para responder a un desastre de esta magnitud.
Organizaciones de ayuda humanitaria activaron sus planes de emergencia y buscan la forma de hacer llegar refuerzos y ayuda a la nación.
Muchos grupos humanitarios concentraron sus operaciones en la vecina República Dominicana, que comparte con Haití la isla de La Española. También el Papa Benedicto XVI movilizó a la enorme red de ayuda humanitaria de la Iglesia Católica.
“Apelo a la generosidad de todos para que estos hermanos y hermanas que atraviesan momentos de necesidad y dolor reciban nuestra solidaridad concreta y ayuda efectiva de la comunidad internacional”, dijo durante su audiencia semanal.
La ONU dispuso de un fondo de emergencia de 10 millones de dólares, la Unión Europea unos 4,35 millones de dólares y el Banco Interamericano de Desarrollo ofreció 200.000 dólares en ayuda de emergencia.
Colombia, Cuba, Chile y Francia, entre otros países, enviarán equipos de rescate, socorristas y medicinas.
Sobrevivientes cubiertos en sangre y aturdidos se reunían en lugares al aire libre, mientras los cadáveres yacían entre los escombros.
“Toda la ciudad está a oscuras. Hay miles de personas sentadas en las calles sin lugar a donde ir”, dijo Rachmani Domersant, gerente de operaciones de la ONG Food for the Poor.
“La gente está intentando escavar y sacar a las víctimas utilizando linternas”, añadió.