Hasta las altas horas de la noche terminó la desobediencia civil que se inició el día de ayer en horas de la mañana cuando el representante o vocero de los casi 400 internos del patio dos de la cárcel Nacional Picota, anunció una huelga de hambre en señal de protesta por las malas condiciones médicas a que se ven sometidos en el penal.
En la tarde de ayer se presentaron funcionarios de la Personería de Bogotá, representantes de Caprecom y funcionarios del mismo Instituto Nacional Penitenciario Inpec para reunirse y escuchar a los líderes de la protesta, para llegar finalmente a un acuerdo en el mejoramiento de la prestación de los servicios médicos.
Entre los acuerdos a que llegaron en las horas de la noche de ayer está el de capacitar a un segmento de los internos de la reclusión en temas de Promoción de la salud, así como el de conformar un Comité de seguimiento y vigilancia en los mismos temas, con el propósito de analizar las deficiencias y casos especiales que se requieren dentro de la Institución y realizar jornadas médicas más periódicas.
Al inicio de la huelga, también habían puesto en conocimiento de las autoridades del Inpec que desde el año pasado enviaron en repetidas ocasiones solicitudes, para que se les agilizara los procesos jurídicos que llegan al Instituto, en muchos casos, ordenes de libertad, que no se tramitan sino hasta tres y cuatro meses después de ser emitidas por los juzgados, argumentó el vocero de los internos.