Economía Internacional

Venezuela se asocia a petroleras foráneas

Venezuela adjudicó el miércoles dos proyectos de crudo pesado a consorcios integrados por firmas como Repsol y Chevron, pero declaró desierta otra de las áreas atenuando el brillo de la primera licitación petrolera en el país socio de la OPEP desde que Hugo Chávez llegó al poder.

Los proyectos de Carabobo, con un potencial de producción de 400.000 barriles por día (bpd) cada uno, atraerán miles de millones de dólares de inversión privada a la Faja del Orinoco con los que Venezuela espera reanimar su estancada producción petrolera y legitimar unas ingentes reservas de crudo pesado.

“Una inversión internacional que es absolutamente necesaria para nosotros. No podríamos solos desarrollar la Faja”, dijo Chávez tras el anuncio de los ganadores, asegurando que estos proyectos recibirán 80.000 millones de dólares hasta el 2016.

El consorcio de la española Repsol-YPF, la india ONGC y la malasia Petronas tendrá un 40 por ciento en el proyecto Carabobo 1, por el que ofertó 1.050 millones de dólares en bono de acceso a reservas y un monto idéntico en financiamiento a Petróleos de Venezuela (PDVSA).

Por su parte, un grupo integrado por la estadounidense Chevron, dos firmas japonesas y la venezolana Suelopetrol ofreció 500 millones de dólares en bono y otros 500 millones de dólares para la petrolera estatal venezolana por el 40 por ciento del proyecto Carabobo 3.

El resultado parece una victoria para ambos lados: las compañías tendrán la oportunidad de anotarse reservas frescas en una industria con pocas oportunidades globales al tiempo que asumiren un importante reto financiero y operativo en un país de alto riesgo político.

“Es una muestra de pragmatismo. Venezuela sabe que no puede hacerlo sin capital y conocimiento, y las petroleras internacionales saben que no hay más sitios en el mundo donde tener acceso a reservas como estas”, dijo Jeremy Martin, del Instituto de las Américas en California.

Pese a que ha estatizado grandes empresas controladas por capital foráneo en sectores como el petrolero, eléctrico, bancario y siderúrgico con el objetivo de convertir a Venezuela en un país socialista, Chávez se mostró esta en oportunidad más moderado y conciliador con sus socios.

“Una de las tantas mentiras que se dicen es que aquí se fueron todas las inversiones, que no hay seguridad jurídica (…) Ustedes saben que eso no es así, saben que tienen todas las garantías”, agregó el mandatario, quien suele utilizar una dura retórica anticapitalista contra la empresa privada.

Incluso dejó de lado su característico discurso antiestadounidense y pidió al jefe regional de Chevron que le ayude a mejorar sus relaciones con el presidente Barack Obama.

“Obama podría venir a la Faja, tráiganlo”, espetó.

FAJA PARA 200 AÑOS

Para analistas, la entrada de capital extranjero en la Faja es un éxito para el gobierno socialista de Chávez después de nacionalizar multimillonarios proyectos de crudo pesado hace menos de tres años.

“Es muy difícil no ver esto como un éxito, especialmente dado el nivel de aversión al riesgo y la falta de inversión privada en la industria petrolera venezolana en más de una década”, dijo Patrick Esteruelas, analista de Eurasia Group.

Aunque algunas firmas como la francesa Total y la británica BP accedieron a permanecer como socios minoritarios, Exxon Mobil y Conoco Phillips salieron del país y presentaron arbitrajes internacionales buscando una compensación por sus activos.

Venezuela confía en el enorme potencial de la Faja para revertir su declinante producción petrolera, golpeada por años de insuficiente inversión, nacionalizaciones y la falta de recurso humano de PDVSA tras el despido de miles de trabajadores en el 2003 por secundar una huelga contra Chávez.

El bombeo de Venezuela ha caído a unos 2,5 millones de bpd desde más de 3 millones de bpd en 2001, según el Departamento estadounidense de Energía.

Aunque las estadísticas locales muestran una extracción superior a 3 millones de bpd, esa cifra habría permanecido plana durante 5 años.

Pese a su discurso de soberanía petrolera, el mandatario adelantó que podría sacar en oferta más bloques en la región del Orinoco, donde yace una de las mayores reservas mundiales de hidrocarburos, reconocidas por Estados Unidos.

“Algunas empresas que no hayan obtenido la licitación (…) de todos modos queda un bloque o varios bloques disponibles. Es un proyecto para 200 años”, dijo.

Las socias de Venezuela tendrán la obligación de lograr el financiamiento para construir los mejoradores que convierten el crudo pesado del Orinoco en un producto más liviano para su exportación y cuyo costo está estimado entre 6.500 y 12.000 millones de dólares.

Además, se requerirán grandes obras de infraestructura para los bloques, situados en aisladas áreas rurales donde en algunos casos no tienen ni carreteras, y trabajar coordinadamente con PDVSA, cuyas prioridades políticas a veces chocan con las necesidades del negocio.

“Si PDVSA hubiera tenido el dinero para hacerlo todo sola, lo habría intentado, pero no puede. Tiene limitaciones financieras, pero también de recursos humanos”, dijo Roger Tissot, consultor de Gas Energy Latin America.

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